Josefina Leroux / Suicidio adolescente

AutorJosefina Leroux

La hija de Michael Jackson intentó suicidarse, ya sea porque quería morir o por pedir auxilio, como dice la Policía en Estados Unidos.

No es la primera vez que se hace cortadas en los brazos. Las adolescentes mexicanas hacen lo mismo, y lo harán más, ahora que la famosa Paris se atrevió.

Según el último censo del INEGI, en 2010, los suicidios fueron la tercera causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años en una proporción de nueve hombres por cada dos de mujeres.

No es que los hombres lo hagan más, pero las formas que eligen son más drásticas que las de las mujeres, quienes lo intentan más; no obstante, muchas pueden salvarse, como ocurrió con Paris, ya que después de cortarse en el antebrazo habló a emergencias.

Lo más asombroso es que el suicidio puede prevenirse. Existen factores de riesgo como el sentirse no queridos o no aceptados, violentados por su familia o por sus compañeros; pero también pueden detectarse patrones de pensamiento pesimista e ideas suicidas que suelen compartirse con allegados o incluso publicarse en las redes sociales.

Los intentos suicidas son 20 veces más frecuentes que los hechos consumados.

Se estima que aproximadamente 5 por ciento de las personas intenta suicidarse; en la población general la prevalencia de ideas de cometer suicidio se presenta entre el 10 y el 14 por ciento de la gente, según la Organización Mundial de la Salud.

Paris Jackson dice que extraña a su padre, para quien era su niña consentida. Ya no lo es para nadie y la falta de vida en familia la vuelve vulnerable como a todas las chiquillas.

Una pérdida amorosa es un motivo frecuente por el que las jóvenes quieren quitarse la vida. No es la pérdida en sí, sino la ausencia de otros afectos, el abandono, simbólico o real -de la madre, por ejemplo-, lo que cierra las puertas del futuro por falta de sentido en la vida. Es angustiante sentirse sola en el mundo.

Más frecuentemente de lo que imaginamos, las adolescentes se cortan las piernas y los brazos para expresar el odio, la impotencia o la culpa que sienten de sí mismas. Los padres inconscientes de lo que viven sus hijas descalifican sus logros o ideales, erosionando su incipiente autoconcepto y estima.

Una jovencita que se inyectaba insecticida para matarse me decía que sus padres no la dejaban vivir, tenía un grupo de amigas inconvenientes, según ellos, y la dejaban encerrada en su habitación los fines de semana.

Quienes intentan matarse repiten la frase: "Se me cerró el mundo".

Muchos...

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