Josefina Leroux / Robar la infancia

AutorJosefina Leroux

Un hijo, una hija, son las personas que más puedes amar en la vida. Pero el amor no basta.

Los primeros tres años son fundamentales en la vida humana. En ese tiempo uno aprende qué es el mundo, cómo funcionan los humanos, qué es el amor, pero también cómo duele la vida y las personas. Todos, los y las niñas, deberían tener como finalidad aprender y desarrollarse sin limitaciones en ese tiempo. Deberían saber que su trabajo es jugar y ser felices.

¿Hay algo más hermoso que la mirada de un niño, que la sonrisa de una pequeña, que sus manitas tocando el mundo? Y su dolor puede llegar a ser de lo más estrujante. De las imágenes más dolorosas que hace pocos años se hicieron virales fue la fotografía digital de un niño sirio muerto en una playa de Turquía.

Qué atroz resulta que un solo niño sufra o perezca por las guerras de adultos, por sus egoísmos o sus defectos. La pérdida de un infante asoma la agonía de la esperanza. No solamente su muerte, sino su sufrimiento, su sacrificio, el desperdicio de su mente que presagia la frustración de un porvenir.

De ahí la importancia de la proclamación y el compromiso de asegurar el cumplimiento de los derechos de niños y niñas.

Por ello el Programa de Estancias Infantiles, derivado de una política pública para garantizarlos, representaba una ayuda fundamental para las madres, pero aún más para el beneficio infantil. Es obligación de los padres y de los Gobiernos que estos derechos se respeten, se protejan y se cumplan.

La justificación para cancelar este programa no toma en cuenta el perjuicio que provocará a la infancia beneficiada. En los primeros años de vida, la estimulación al cerebro marca una diferencia de por vida.

Quién mejor que un familiar para cuidar a los menores del hogar, han dicho los implicados en la cancelación de las estancias infantiles. ¿No sabrán lo que ocurre en las familias?

La Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Mujeres 2015, elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), reveló que el 63 por ciento de niñas, niños y adolescentes de entre 1 y 14 años es sometido a formas de castigo físico o psicológico por algún integrante de su familia, mientras que el 6 por ciento recibe castigos severos.

El 85 por ciento de los abusos sexuales ocurren de parte de familiares y personas cercanas a la...

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