Josefina Leroux / Mamás lúdicas

AutorJosefina Leroux

Mañana se celebra el Día de las Madres, detestado por muchos por su intención comercial. Amén del consumismo, es una fotografía de la maternidad, la conformación de las familias, sus valores, los afectos y las formas de demostrarlos.

Es notorio el cambio entre las madrecitas de antes y las actuales. A las de antes se les tenía devoción, y cómo no si eran unas santas; en ellas estaba depositado el éxito o fracaso familiar y hasta la responsabilidad de la salvación del alma de sus maridos e hijos, literalmente. Estilo de maternaje afortunadamente en proceso de extinción.

Abismal diferencia de las mamacitas actuales, sexys hasta la tercera edad. Pero no voy a hablar de la imagen ni de la maternidad posmoderna, sólo de un estilo lúdico de crianza.

Cuando pensé en este artículo recordé los estilos de ser madre que conozco de cerca por mi trabajo, y se me vino a la memoria una madre que conocí dando clase en la universidad. Probablemente es la alumna de mayor edad que he tenido, una mujer sencilla y empeñosa en aprender cercana a los 70 años.

Una mañana en clase estábamos hablando sobre lo importante que es para cada una su maternaje y qué lo hace distintivo. Las respuestas versaron entre "quiero hacer de mis hijos unas buenas personas", "quiero que los míos sean exitosos", "que sean felices, eso quiero", dijo segura y en voz alta una mamá muy joven.

Después de tomar la palabra cada alumna, le tocó el turno a la casi septuagenaria. Muy apenada, porque dijo que ella no era una mujer estudiada como sus compañeras, nos contó que tuvo muchos hijos, cinco o seis, no recuerdo el número. Como no tenían dinero para pagarles clases o comprarles juguetes, "lo único que hacíamos era jugar", dijo tímidamente.

"Jugábamos en la tarde en un pequeño patio y los vecinos se asomaban y me pedían si les dejaba entrar para divertirse con nosotros".

No se daba cuenta que les había dado a sus hijos una crianza entrañable, una infancia feliz, y que había establecido un fuerte apego con cada uno.

El juego es la actividad más importante que debe realizar un infante para desarrollar habilidades, expresar emociones y aprender a vincularse.

He conocido a muchas hijas en terapia, y entre todas, de las que tienen mejores lazos afectivos con sus madres son aquellas que recuerdan esos...

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