Josefina Leroux / Derecho de pernada

AutorJosefina Leroux

Un año más del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (este 25 de noviembre) y siguen saliendo historias de violencias de los cajones del olvido.

Un día llegando al consultorio -en un edificio privado con guardias- encontré encima de mi escritorio una hoja con pegotes de letras de diferentes tamaños y colores como los que salen en películas de horror: "Te vamos a coger", decía el mensaje. Mi sentimiento de vulnerabilidad fue brutal.

Pero los hombres se justifican y aluden que también hay mujeres acosadoras: es verdad, conozco algunos casos, como el de una mujer que eligió al director de su empresa para tener un hijo con él, lo sedujo y lo logró. El acoso vino después cuando lo amenazó por años con hacerlo público si no cumplía sus peticiones.

No obstante, el acoso es un asunto de poder, por lo que en la enorme mayoría de las veces las víctimas son mujeres.

A lo largo de la historia, el espacio privado no fue un lugar protegido para las mujeres, allí han ocurrido incestos, abusos, el sometimiento sin escapatoria.

El espacio público tampoco es seguro para ellas. Es una realidad que pocos hombres conciencian. Las mujeres corren riesgos en su casa, en el transporte, en la escuela, en su trabajo. Y algunos lo dudan... Consideran las denuncias una exageración histérica para manipular. Los solapadores reaccionan sorprendidos y cuestionan su veracidad al hacerlas públicas después de tanto tiempo. ¿No saben que la vergüenza y el daño se esconden en el rincón de la conciencia?

El Artículo 179 del Código Penal de la Ciudad de México establece que el acoso sexual y el hostigamiento es un delito tipificado: "A quien solicite favores sexuales para sí o para una tercera persona o realice una conducta de naturaleza sexual indeseable para quien la recibe, que le cause un daño o sufrimiento psicoemocional que lesione su dignidad, se le impondrán de uno a tres años de prisión". No obstante, ¿a cuántos han encarcelado por este motivo?

Pero no puede entenderse el acoso mirando por separado a ofensores y ofendidas. Un artículo recientemente publicado en la revista Scientific American revisa los escasos intentos de prevención que se han desarrollado, centrados en políticas de prohibición de acoso y procedimientos para denunciarlo aunque no corresponden con consecuencias punitivas. Ningún esfuerzo enfoca la necesidad de crear conciencia sobre el fondo del problema.

La violencia hacia las mujeres tiene...

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