Jorge Suárez-Vélez / La verdad y la democracia

AutorJorge Suárez-Vélez

Alguien que viajó a China me habló del increíble desarrollo que han alcanzado en poco tiempo. Le respondí que no hay que olvidar que tienen un enorme pendiente, su transición a la democracia. Me respondió que quizá hay concesiones que son necesarias. Estoy en desacuerdo.

La enorme diferencia entre los países industrializados y China (y recordemos que el ingreso per cápita de ese país es ligeramente menor al de México) es que los primeros son democráticos y China no lo es.

La democracia puede ser compleja y hasta estorbosa, y nos puede decepcionar cuando el voto popular elige a quien detestamos.

Los países demócratas tienen que alcanzar consenso, lidiar con minorías, o incluso con momentos cuando el extremismo se asoma (como ocurre con Trump en Estados Unidos), pero la democracia sigue siendo una forma de organización social superior.

Pero ésta exige de cuidado constante. Lo vemos en la crisis constitucional de Estados Unidos donde los Poderes Ejecutivo y Legislativo se enfrentan, o en México cuando este Gobierno busca debilitar contrapesos que tanto nos costó construir y que siguen siendo frágiles.

Peor aún, el Gobierno de López Obrador ha desatado un ataque sin precedente contra la verdad. Para él las cifras de agencias oficiales (¡de su propio Gobierno!) no son ciertas si muestran que las cosas no van bien; tampoco las encuestas que no lo favorezcan, o la cobertura de los medios si lo critican. Siempre hay una "verdad alternativa", un mejor número, otra realidad.

Es paradójico que fue el avance en nuestra democracia lo que le permitió ocupar la Presidencia. Dígase lo que se diga, en este siglo la vía al poder en México pasa por el voto popular. A pesar de las dudas que se sembraron en la etapa previa a la elección presidencial, transcurrió sin contratiempo y el resultado fue aceptado por los vencidos (una vez que no fue AMLO quien perdió).

Pero sabemos que la Presidencia de Peña Nieto sí interfirió en la elección, y lo hizo para ayudarlo. Desató un falaz ataque para cuestionar la honestidad de Ricardo Anaya, candidato del frente opositor, único que gradualmente iba volviéndose contendiente. ¿Habría ganado la elección sin ese ataque? No lo sabremos jamás. Pero es justo afirmar que su campaña iba...

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