Jorge Suárez-Vélez / El traje le nada

AutorJorge Suárez-Vélez

Yuval Harari, autor de "Sapiens", uno de los mejores libros que he leído, dice que esta pandemia es la mayor crisis en nuestra generación, y que nuestro futuro dependerá de las decisiones que tomemos en las próximas semanas, tanto a nivel de Gobiernos como individual.

La crisis nos recuerda que nada importa más que la vida y la salud, que un virus nos puede afectar a todos por igual. También nos confronta con nuestros liderazgos.

Para quienes toman a la ligera procesos electorales sin sopesar la preparación, capacidad o integridad de quien toma el timón, queda claro que en momentos de crisis la calidad del liderazgo pesa.

En una crisis, un buen líder aprende, reflexiona sobre las políticas que ha adoptado, corrige el rumbo, piensa fuera de parámetros normales, se adapta a circunstancias extraordinarias, y nos une -sin distinguir ideologías- para un propósito común.

Un mal líder elige selectivamente aquellos elementos de la crisis que le permiten confirmar sus prejuicios y remachar sus dogmas, evade culpas y se planta en cursos de acción rígidos, aun cuando la realidad haya cambiado, y aprovecha para polarizar para fortalecerse.

En un mundo globalizado, detener el contagio es difícil; el reflejo de demagogos es machacar sesgos nacionalistas. Pero una pandemia de esta magnitud sólo se contiene coordinando esfuerzos con otros países y aprendiendo del éxito o fracaso de medidas que otros antes adoptaron.

A nivel local, la capacidad para contener el estrago es directamente proporcional al respeto de la comunidad por los expertos, a la confianza en el oficio de medios de comunicación y a la certeza de que los líderes dirán la verdad siempre, aunque sea incómoda o inconveniente.

Hoy resulta más claro que nunca que a López Obrador la Presidencia le queda más grande que al niño que se prueba el traje de papá. Hoy es el hazmerreír del mundo.

Ha perdido toda credibilidad después de meses mintiendo sistemáticamente desde el púlpito presidencial. Hoy no puede pedir que atendamos a expertos y técnicos que él mismo ha desairado. Cotidianamente denigra a los medios. El gran experto en dividir y polarizar ni siquiera intenta articular un mensaje de unidad solidaria.

Ante la atroz evidencia, el capricho de mantener el timón fijo ya no puede calificarse...

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