Jorge Suárez-Vélez / A tiempo de corregir
| Autor | Jorge Suárez-Vélez |
Señor Presidente: continúo mi exhortación a enmendar el rumbo. México está dividido. Poco tiene en común quien vive en el norte industrializado y el sur pauperizado, quien trabaja en la economía formal o subsiste en la informalidad, quien ha tenido acceso a educación y oportunidades y quien no.
Por ello, es imprudente clavar las uñas en heridas profundas evitando que cicatricen, que atice el fuego invitando al enfrentamiento, que crea que la división lo fortalece.
Es insensato movilizar a su base contra la prensa, cuando seis periodistas han perdido la vida en lo que va del sexenio; que utilice la fuerza del Estado para censurar a medios independientes (como éste donde escribo).
Atacar a los contrapesos (o llenarlos de leales incompetentes, como intenta con la CRE) los debilita, pero a usted de paso.
Los órganos constitucionales autónomos han tenido logros notables contra la "mafia del poder". El trabajo del Instituto Federal de Telecomunicaciones permite que muchos, para quienes el celular es herramienta indispensable, paguen menos de la mitad que antes por usarlo.
El trabajo de la Comisión Federal de Competencia ha puesto de rodillas a poderosas empresas cuyas actividades monopólicas afectan a los más pobres.
Es la reputación internacional del Banco de México, desde la época de don Miguel Mancera, la que nos da un reconocimiento mundial que se refleja en la segunda calificación crediticia más alta en América Latina.
No juegue ni improvise con instituciones que tomó décadas cimentar. Al mermarlas, daña su propio proyecto. Los mercados manifestarán su escepticismo cada vez que las golpee, encareciendo nuestra deuda pública. Por cada punto que aumente, desembolsaremos más de 100 mil millones de pesos adicionales cada año. Eso es mil 600 veces el ingreso de una sola vez que obtuvo vendiendo los automóviles del Gobierno federal.
Usted celebra la potencial salida de tres consejeros independientes de Pemex, pues "piensan diferente a su Gobierno". El propósito de esas posiciones es justo ése, contar con personas sin afiliación con el Gobierno o con empresas privadas, que inyecten objetividad en la toma de decisiones.
Es eso lo que usted necesita: escuchar a gente inteligente, preparada ¡e independiente!
Usted acusa a esos consejeros de "neoliberales". Tenga cuidado. No confunda...
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