Jorge Suárez-Vélez / No debimos doblarnos

AutorJorge Suárez-Vélez

No hay dos países en el mundo más diferentes, compartiendo una frontera más activa que México y Estados Unidos.

Más de 600 mil millones de dólares al año de intercambio comercial y 36 millones de habitantes en ese país que son total o parcialmente de ascendencia mexicana sellan una interdependencia ineludible.

Nuestras cadenas de valor están totalmente integradas, por lo que más de 80 por ciento de lo que México exporta va a parar allá. Proveen casi la mitad de la inversión extranjera que recibimos.

Por ello, es inaceptable la falta de estrategia clara para lidiar con nuestros vecinos.

El episodio que acabamos de padecer sienta un precedente peligroso. Donald Trump nos extorsionó, y cedimos. Lo volverá a hacer. Su narrativa nativista en la que Estados Unidos es invadido por una horda de migrantes de piel obscura, que les roban empleos y delinquen a placer, ha hecho ese tema la preocupación número uno entre votantes republicanos y en rápido ascenso entre demócratas (hasta ahora más preocupados por el tema de salud). Sabe que México es uno de los pocos ataques que puede hacer sin costo alguno.

Impunemente, nos amenazó con sanciones comerciales por un problema migratorio. No se vale. Nuestra reacción fue paupérrima.

Ebrard se hizo acompañar por los Secretarios de Agricultura y Economía, cuando debió llevar al titular del Instituto Nacional de Migración para subrayar la crisis humanitaria, y a un par de generales para enfatizar el problema de seguridad que ambos países padecemos.

Se están internando a México -por aire, utilizando aeronaves grandes y pistas clandestinas- migrantes de la India, Paquistán y Bangladesh. Llegan también africanos y cubanos. Las redes que los mueven son poderosas.

Ésta era la oportunidad para utilizar el foro de medios estadounidenses que ponían la atención que nunca nos dan, para enfatizar el problema de inseguridad que padecemos, y que es alimentado por arsenales estadounidenses, y sobre la brutal crisis de violencia, sequía y miseria en el norte de Centroamérica que fuerza a familias enteras a tomar riesgos inimaginables.

Cómo nos hace falta un líder que no se deje arrollar, que negocie con inteligencia y defienda nuestros intereses. Lo hicimos en el pasado. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte en la era de Salinas fue un ejemplo de...

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