Jorge Suárez-Vélez / Estamos en guerra

AutorJorge Suárez-Vélez

Culiacán y la masacre de los LeBarón confirman que estamos en guerra.

Falta pragmatismo y sobran pretextos. Si es que existió algún momento para abrazos, estamos lejos de éste. El Estado necesitará ejercer su fuerza para recuperar territorios y aniquilar a criminales que amenazan al Estado. Basta de demagogia.

Preocupantemente, se repiten dos recetas axiomáticas: legalizar las drogas y no decapitar a organizaciones criminales (la estrategia del kingpin).

Expresaré mis dudas. Es cierto, legalizar las drogas les quitaría a organizaciones criminales cuantiosos recursos que provienen de vender un bien prohibido a precio elevado. Pero estas Organizaciones Criminales Transnacionales (OCTs) también trafican humanos, secuestran, extorsionan, hacen crimen cibernético, huachicol y mucho más que narcóticos.

La guerra ya es ubicua y no sólo en las rutas del narco. Ahorrémonos la absurda discusión de si la detonó Calderón. La actividad criminal viene de antes y evolucionó porque traficar cocaína les dio recursos para comprar ejércitos.

Los programas asistencialistas no alejarán a los jóvenes del crimen. No son los pobres quienes delinquen. Atrae la efímera promesa de poder y riqueza. A la larga, ayudaría tener programas ambiciosos de reintegración y mejores políticas de movilidad social.

Para que la legalización duela, tendríamos que legalizar todas las drogas. ¿Entendemos la adicción y destrucción social por legalizar fentanilo, heroína o metanfetaminas? No tenemos datos científicos, sólo opiniones y especulación.

Sabemos qué pasó con dos drogas legales, con terrible costo para el sistema de salud: el alcohol y la nicotina. Cuando se decretó "La Prohibición" en Estados Unidos en los años 20, el mercado ilegal de alcohol fue, en efecto, una bonanza para el crimen organizado. Pero redujo a la mitad las muertes por cirrosis y 80 por ciento la violencia doméstica. Bajaron crímenes violentos y accidentes automovilísticos causados por alcohol.

Entiendo, hoy el alcoholismo es sólo un problema de salud pública, pero legalizarlo, y en consecuencia abaratarlo, tuvo secuela.

¿Cuál sería ésta si aumenta la disponibilidad de drogas legales? No abaratarlas con impuestos mantiene vivo el mercado negro para el que vende drogas sin impuesto, quien también fomentaría el mercado para menores.

El tráfico global de cigarros ilegales de...

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