Jorge Suárez-Vélez / Gato por liebre

AutorJorge Suárez-Vélez

López Obrador prometió un Gobierno de izquierda. Sus seguidores se dicen progresistas. Uno esperaría que quien ofrezca eso fortalecería al Estado, no lo vejaría; se rodearía de funcionarios públicos capaces, que garanticen que éste funcione; querría fortalecer programas sociales públicos, no eliminarlos; jamás les daría un mando militar a las funciones policiacas del Estado; protegería al medio ambiente, no revertiría el avance de energías renovables en aras de energéticos contaminantes; apoyaría con firmeza la función de agencias reguladoras que mantienen a empresas privadas fuera de prácticas oligopólicas que afectan más a quienes menos tienen; apoyaría el derecho de las mujeres a elegir sobre sus cuerpos; no se aliaría con el PES casi fascista.

Las acciones de López Obrador en sus primeros 100 días lo ubican lejos de un proyecto "de izquierda", pero sigue gozando del apoyo inquebrantable de intelectuales y votantes "progresistas".

López Obrador tiene una sola prioridad: hacerse de tanto poder, tan rápido como pueda. Tiene dos enemigos poderosos: su necedad y su ignorancia. Éstas se manifestaron a gritos en dos decisiones carentes de lógica económica y política.

Primero, la cancelación del aeropuerto. Estimemos que el costo de esa decisión fue al menos de 270 mil millones de pesos. Eso excede en 40 por ciento al total asignado en el Presupuesto de Egresos de 2019 a los siete programas prioritarios de AMLO.

Si en vez de cancelarlo hubiera continuado con la obra, manifestándose contrariado por el proyecto, enajenando los terrenos cuestionables que la rodean, auditando y levantando cargos contra casos de corrupción evidentes, habría ganado credibilidad, tiempo valioso y tendría muchos más recursos para su proyecto político.

Segundo, su insistencia en continuar la obra de la refinería de Dos Bocas, contradiciendo las razones expuestas por el Subsecretario Arturo Herrera en su entrevista con el Financial Times; tenía sentido cancelar (o al menos posponer) la obra porque sabe que Rocío Nahle lo engañó. La refinería costará el doble de lo previsto y no estará lista este sexenio.

Como dijo Cuauhtémoc Cárdenas, lo sensato sería utilizar sus escasos recursos para recuperar producción, apuntalándola con "farm-outs" a empresas...

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