Jorge Suárez-Vélez / Consulta surreal

AutorJorge Suárez-Vélez

Es ilógico politizar la inversión en infraestructura más importante en décadas. AMLO se metió solo a su trampa y no saldrá ileso. La Presidencia de Fox pereció prematuramente ante los machetes de Atenco, la del tabasqueño podría fenecer por mano propia.

Difiero de que toda gran obra de infraestructura deba avalarse por el pueblo. Afirmarlo implica un nivel de racionalidad, sofisticación y visión de largo plazo que el electorado no tiene por qué tener.

¿Es preferible asignar recursos a drenaje profundo o a conectividad de banda ancha? ¿A un puerto marino o en uno aéreo? La respuesta depende no sólo de dónde encaja cada proyecto en el gran plan del Gobierno en turno, sino de cómo se financia.

El objetivo final es lograr la asignación eficiente de recursos públicos escasos en aquellos destinos que maximizan el bienestar de la población, buscando un equilibrio entre lo urgente y lo importante.

Lejos de que esta consulta muestre respeto por la opinión del pueblo, hace lo opuesto: sin ofrecer información completa, simétrica y objetiva, se convoca a un voto no vinculante en puntos escogidos sin método, y sin árbitro imparcial.

Trataré de no repetir argumentos de otros. El NAIM permite hacer del actual aeropuerto una reserva territorial invaluable para la Ciudad de México. Ésta sería de 770 hectáreas, más que todo Chapultepec y dos veces del tamaño de Central Park en Nueva York. ¿Preocupa el impacto ambiental? Ahí puede resolverse (y basta del falso debate de lago vs. aeropuerto, ese "lago" no existe), y/o ese espacio da la posibilidad de un ingreso importante tanto por venta, como por prediales para la capital.

El aeropuerto actual está topado en 45 millones de pasajeros al año. Eso evita expandir a más rutas y mayor frecuencia de vuelos. La única alternativa para las líneas es el upgauging, usar aviones más grandes. Eso limita opciones de horarios y destinos.

Se desaprovecha la oportunidad de consolidarnos como centro de conexión entre Norteamérica y el resto del continente americano. Hay abundante evidencia del desarrollo que un aeropuerto como el de Atlanta (104 millones de pasajeros al año), por ejemplo, le ha dado a esa ciudad, por encima de otras similares. Coca Cola, CNN o UPS se establecieron ahí, contratando a miles de empleados locales...

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