Jorge Suárez-Vélez / Quién aprovecha la crisis

AutorJorge Suárez-Vélez

La revolución tecnológica que vivimos es profundamente disruptiva, pero no ha incrementado la productividad. Esto ha pasado antes.

Cuando se descubrió la electricidad, tomó décadas incorporarla en medios de producción. Las empresas convencionales son lentas adoptando nuevas tecnologías, pero esta pandemia las fuerza a hacerlo. Se dice que no se debe desperdiciar una buena crisis y la humanidad ha vivido pocas como ésta.

Al cerrarse espacios comerciales físicos, las tiendas y los consumidores antes renuentes a hacer pagos electrónicos se encontraron en línea. Quien halló la conveniencia de Amazon sólo regresará parcialmente a las tiendas tradicionales. Las escuelas descubrieron que pueden subir contenidos a la nube, logrando en línea un alcance geográfico antes impensable.

Recientemente, el dueño de una cadena de restaurantes en Nueva York me dijo que el cierre por la pandemia lo forzó a optimizar cadenas de abasto y procesos. Llegaron en octubre a la rentabilidad de 2019, vendiendo 20 por ciento menos.

Ahora, además, dominan la entrega a domicilio. Cuando reabran a plena capacidad, sus ventas serán mayores que prepandemia. Aprovecharon la crisis.

Se dice que la desigualdad aumentó por la pandemia. Es cierto, pero no por los dogmáticos motivos que se esgrimen. Vivimos una economía bipolar. Quienes pueden adoptar herramientas tecnológicas nuevas acceden a nuevos mercados que aumentan su rentabilidad, otros están marginados y expuestos a disrupción que amenaza con eliminarlos.

El mismo argumento cabe a nivel de países, sectores económicos o individuos. Lo único que este año salvará a México del abismo serán los sectores integrados con EU. Nuestras exportaciones ya superan el ritmo pre pandemia, pero los sectores que dependen de demanda interna sufren una crisis sin precedente.

La respuesta de la humanidad a la pandemia nos debe llenar de optimismo. Moderna desarrolló una vacuna 48 horas después de conocer la secuencia genética del virus SARS-CoV-2. Mantuvimos una economía funcional desde casa y el abasto de alimentos casi intacto.

Según Yuval Harari, "en 1349 un trabajador agrícola podía cultivar 5 bushels de trigo en un día, en 2014 una sola máquina que combina cuatro funciones básicas, guiada por GPS, cultivaba 30,000".

En la peste negra, el contagio intercontinental se propagó por barcos mercantes. Según Harari...

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