Jorge Ramos / La era de lo corto y rápido

AutorJorge Ramos

Como muchas de las cosas que se cuentan sobre Gabriel García Márquez, es muy posible que esta anécdota también sea falsa. Pero alguna vez leí que el Premio Nobel de literatura aseguraba que en esta época en que prevalece lo rápido y lo corto, él no podría haber escrito una novela tan larga como "Cien Años de Soledad". La edición que tengo es de 609 páginas.

El argumento era que los lectores se estaban acostumbrando a formatos más cortos, a historias lineales y a telenovelas, y que el novelista no tenía más remedio, si quería ser leído, que ajustarse a la mercadotecnia de nuestros tiempos. Nunca supe si esa anécdota fue cierta. Durante un largo e inolvidable desayuno con García Márquez, hace años, le pregunté de todo pero no sobre eso.

En esto estaba pensando mientras veía al Presidente Barack Obama realizar su primer foro a través de Twitter. Miles de personas le enviaron sus preguntas al Mandatario (con el hashtag #AskObama) y él, durante una hora, les contestó desde la Casa Blanca. Las preguntas no podían tener más de 140 caracteres aunque las respuestas de Obama fueron mucho más largas: 2 mil 99 caracteres cada una, en promedio, según calculó The New York Times.

Obama entiende bien nuestros tiempos. Ganó la elección presidencial en el 2008 con la ayuda de millones de seguidores a través de internet y piensa ganar la del 2012 con el apoyo de las nuevas tecnologías, incluyendo Twitter y Facebook. Pocos líderes en el mundo comprenden como Obama esta nueva forma de hacer política.

"Hemos entrado en una nueva era de la información en que la gente obtiene sus noticias de una forma distinta que en el pasado", dijo a la prensa Dan Pfeiffer, el director de comunicaciones de la Casa Blanca. "Y si queremos comunicarnos con un amplio sector del público, no es suficiente hacerlo a través de los medios de comunicación tradicionales".

Estamos en la era de lo corto y rápido. Hay que reducir el mundo a 140 caracteres o perdemos la atención del otro. Tanto los periodistas como los políticos sabemos que no tenemos el lujo de mucho tiempo y espacio. Si no capto tu interés en segundos, te perdí.

Puede ser que esta nueva regla se aplique a la política y a los medios de comunicación, pero no a la literatura. Como resistencia a ese impulso de reducirlo todo en una...

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