Jorge Ramos Ávalos / No hay preguntas estúpidas

AutorJorge Ramos Ávalos

¿Qué les puedo decir a futuros periodistas? Hace poco me invitaron a darles una plática a los estudiantes que se graduaban de la maestría en periodismo de CUNY (The City University of New York). De ahí salen, sin duda, algunos de los mejores reporteros digitales de Estados Unidos. Lo primero que les dije es que no hay preguntas estúpidas.

Y luego esto:

La gente con poder -Presidentes, reyes, dictadores, militares, políticos, empresarios, celebridades y demás- odia que la cuestionen. Les encanta tener la última palabra. Pero nuestro trabajo es precisamente incomodarlos y hacerles preguntas difíciles.

Eso es lo que nos toca hacer. Los médicos salvan vidas. Los políticos gobiernan. Ingenieros y arquitectos hacen estructuras funcionales. Los artistas crean belleza. Y nosotros les hacemos preguntas a quienes no las quieren contestar.

Si no te quieres meter en problemas, ésta no es una profesión para ti. Los poderosos harán cualquier cosa para evadir tus preguntas. (El periodismo es, desafortunadamente, una de las profesiones más peligrosas en muchos países. En México, por ejemplo, nos han asesinado a decenas de periodistas en los últimos dos sexenios. Y donde no te matan, te insultan).

A finales del 2018 el presidente Donald Trump le dijo a Abby Phillip, corresponsal de CNN en la Casa Blanca, que hacía "muchas preguntas estúpidas". Abby le había preguntado al Presidente sobre la investigación rusa que podría llevarlo a su destitución. La pregunta fue al corazón y, por eso, Trump reaccionó atacándola.

Para hacer preguntas duras es preciso tener una voz fuerte. Para eso no tenemos que trabajar en una cadena de televisión o en un diario de gran reputación. Las redes sociales nos permiten vivir en muchas plataformas con miles (y hasta millones) de vistas. Eso es nuevo.

Ya no es preciso esperar años para poder hablarle a una gran audiencia. Con un teléfono celular basta. Los periodistas de esta generación son, tecnológicamente, mucho más diestros que nosotros. Pero asegúrense de no entregarle el micrófono a nadie.

Eso es lo que la Casa Blanca trató de hacer con el corresponsal Jim Acosta durante la última conferencia de prensa con Trump. Una asistente presidencial le trató de arrebatar el micrófono a Acosta -para que no siguiera haciendo preguntas sobre una invasión de inmigrantes que Trump se había inventado- y el periodista no...

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