Jorge Ramos Ávalos / Dreamers: perder el miedo

AutorJorge Ramos Ávalos

La historia parece increíble: un pequeño grupo de jóvenes indocumentados le ha ganado al hombre más poderoso del mundo, Donald Trump, en la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Fue una batalla larga y que, al final, se decidió por un solo voto.

Ésta es la manera en que lo lograron.

Sus padres los trajeron desde niños a Estados Unidos y, en algún momento de su adolescencia, se enteraron que eran indocumentados. Lejos de quedarse callados, abrazaron su propia identidad y salieron a luchar. Querían que los reconocieran como lo que son: estadounidenses. El problema es que necesitaban un papel para probarlo.

Llegaron, en su mayoría, de países pobres y violentos. Aprendieron inglés y corrían el riesgo de ser regresados a naciones que desconocen por completo. Pero también aprendieron ese mantra de la cultura estadounidense: si te esfuerzas mucho, puedes lograr cualquier cosa.

Estaban, como sus padres, ante un constante peligro de deportación. Desde los ataques terroristas del 2001 Estados Unidos se ha convertido en un país cada vez más hostil para los extranjeros. Los mayores habían aprendido a quedarse en silencio, a ser casi invisibles, para sobrevivir. Pero los dreamers rápidamente rechazaron esa cultura del silencio y la reemplazaron por una de activismo, vocal y rebelde (lo que en inglés llaman in your face).

La mexicana Erika Andiola, por ejemplo, una vez enfrentó al ex líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, mientras desayunaba en una cafetería de Washington. "El primer paso siempre es perder el miedo", reflexionaría Erika mucho después.

Un grupo de cuatro estudiantes salió caminando desde Miami hasta Washington el 1 de enero del 2010 para denunciar la situación en que vivían. El riesgo era enorme. "Era la primera vez que hacíamos algo así", me dijo años después Gaby Pacheco, nacida en Ecuador. "Pero ya no íbamos a tener más miedo".

Ante el fracaso en el Congreso del llamado Dream Act, que no consiguió lo votos necesarios, la única alternativa era convencer al Presidente Barack Obama de darles algún tipo de protección migratoria. En ese esfuerzo participó Lorella Praeli, quien nació en Perú y perdió una pierna en un accidente.

"Cuando yo me caía", me contó para un libro, "mi papá no me levantaba ni dejaba que nadie me levantara". Esa perseverancia, y el esfuerzo de muchos más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR