Jorge Ramos Ávalos / Boliburgueses y otros insultos

AutorJorge Ramos Ávalos

No hay nada que pueda parar a un venezolano enojado. Y actualmente hay muchos venezolanos "hasta la coronilla". ¿Por qué? La lista es larga, comenzando por la inflación más alta del continente, un dólar oficial con una paridad falsa, índices de criminalidad similares a la de zonas de guerra, gran corrupción y la preocupación por un fraude mayúsculo o "chanchullo" en las próximas elecciones para la Asamblea del 6 de diciembre.

Con la mayoría de los medios de comunicación tomados por los post-chavistas, se oyen pocas críticas al Gobierno en radio y televisión. Es un "bozal de arepa". Hay mucha censura y autocensura. Pero, como venganza, los venezolanos se han inventado un maravilloso lenguaje que describe a un país al borde del precipicio.

Venezuela está dividida entre "pitiyanquis" y "rojos rojitos". Los términos medios han desaparecido. Si te opones al Gobierno del gobernante Nicolás Maduro eres, según su definición, un "escuálido". Pero los que siguen en el poder y se han enriquecido a sus anchas son llamados "boli-burgueses". Son los nuevos ricos de la revolución bolivariana (iniciada por el difunto líder Hugo Chávez en 1998).

Los líderes chavistas han demostrado que se puede ser, al mismo tiempo, socialista y multimillonario en dólares. (Con la actual inflación cualquiera puede ser millonario en bolívares.) Por eso les llaman "robo-lucionarios" a los que han multiplicado inexplicablemente sus "macundales".

Hay todo un diccionario para describir sus componendas y corruptelas. Por lo tanto no es extraño tener que "echarse unos palos" con los burócratas maduristas y "pagar peaje" antes de negociar un "guiso". Y siempre, claro, con whisky.

Venezuela, por razones que aún no comprendo, es uno de los principales consumidores de whisky del mundo. Al venezolano lo identificas en Londres, Buenos Aires o Tokio por la peculiar manera en que revuelve el hielo de su whisky con el dedo.

La corrupción es el nombre del juego. Muchas veces hay que "mojarle la mano" al "conchudo" funcionario público que da un permiso o un servicio que debería ser gratuito. Siempre ayuda estar "enchufado" o ser un "chupamedias" con alguien que tiene su pedacito de poder: el "tracalero" que se beneficia de los dólares preferenciales, el que sella el pasaporte o el del rinconcito en Pedevesa.

No importa cuánto "billullo" tengas en Venezuela. Ante la creciente escasez de productos básicos, es preciso "bachaquear" o hacer filas interminables. Y siempre hay que estar alerta para...

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