Jorge Meléndez Barrón/ Oportunidad al federalismo

AutorJorge Meléndez Barrón

Lo que el Gobernador Fernando Canales ha propuesto en estos días respecto al federalismo fiscal se ve poco factible en términos políticos.

Sin embargo, la coyuntura política es ciertamente propicia para incrementar el poder fiscal de estados y municipios, que es el fondo de la propuesta canalista, y llegar al mismo tiempo a un federalismo que fomente la sana "competencia" política por satisfacer las necesidades públicas de los electorados y, por lo tanto, que fortalezca la democracia mexicana e induzca una intervención económica óptima del sector público federal, estatal y municipal.

Canales solicita que parte de los impuestos federales que se reparten a los estados se asignen con base en su productividad. Actualmente, los elementos más importantes que se toman en cuenta para participar a los gobiernos estatales y municipales en la recaudación nacional son, básicamente, el tamaño de su población y su consumo.

Es decir, el esquema federalista mexicano es de tendencia redistributiva: los estados más productivos, como Nuevo León, reciben una tajada menor del pastel nacional de gasto de lo que aportan en impuestos. En contraparte, estados como Oaxaca o Chiapas reciben más de lo que meten.

Desde que entró en vigencia esa fórmula para participar el fondo de impuestos nacionales a las entidades, se impuso una fuerte restricción en el presupuesto público de Nuevo León. Las disminuciones acumuladas en nuestra tajada se reflejaron así en un considerable aumento de la deuda estatal.

De esta manera, nuestras finanzas públicas se han constituido en un factor que limita el desarrollo económico del estado, pues no hay fondos para grandes obras públicas, o para incrementar el gasto educativo, en salud u otros rubros: las participaciones nuevoleonesas en los impuestos nacionales son bajas, y el elevado monto acumulado de la deuda elimina la posibilidad de obtener préstamos adicionales.

En resumidas cuentas, lo que Canales propone es no tocar la distribución del fondo de participaciones actual, pero crear nuevas formas de repartir otros renglones de gasto del gobierno federal, tomando en cuenta criterios como el producto por habitante, por ejemplo.

Es decir, a lo que ya nos repartes Gobierno federal, no lo toques, pero aumenta el monto que nos das a estados y municipios, y esos recursos adicionales repártelos ahora con base en productividad regional. Es decir, dale más peso a la eficiencia.

Así saldría beneficiado Nuevo León...

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