Jesús Silva-Herzog Márquez / El fin de la (otra) hegemonía

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

La economía parece negada a la autocrítica. Parece negarse también a discutir con legos, pero su condición de autoridad tiene que ser analizada críticamente.

Desde hace décadas ha ocupado un lugar privilegiado en la discusión pública y se ha instalado como la única vía racional de intervención en la realidad. Por eso nos corresponde a todos examinar sus pretensiones de supremacía intelectual.

Fernando Escalante publicó en el 2016 un libro breve en el que examina su estatuto. "Se Supone que Es Ciencia. Reflexiones sobre la Nueva Economía", es su título. Lo publicó El Colegio de México. Ahí resalta la arrogancia profesional y el aislamiento de una disciplina. Por esa estrecha altanería ha sido incapaz de percibir sus miopías, sus cegueras, sus obsesiones. Ha resultado incapaz de reconocer, por ejemplo, su responsabilidad en la devastadora crisis del 2008.

"La crisis del 2008 tendría que haber tenido consecuencias serias, no sé si catastróficas, para la economía como disciplina académica (para la versión dominante, al menos). No ha tenido prácticamente ninguna".

Poco sucedió después de la crisis. Tal vez algún remordimiento, alguna confesión. Pero la prédica se mantiene intacta: se enseña lo mismo, se publica lo mismo, se hacen las mismas recomendaciones. Como si el 2008 no hubiera pasado.

Es que la crisis no fue solamente una crisis económica, sino una crisis de la ciencia económica. La crisis de una disciplina académica. Una crisis que apenas algunos reconocieron como tal.

Paul Krugman, unos meses después de haber ganado el Premio Nobel, se preguntaba en un ensayo en la revista dominical del New York Times cómo era posible que los economistas se hubieran equivocado tanto. La crisis era oportunidad para repensar los fundamentos de una disciplina. Se trataba del momento propicio para hacer una profunda reflexión intelectual.

"Según lo veo", decía ahí, "la profesión económica erró el camino porque los economistas, en conjunto, confundieron la belleza -vestida con unas matemáticas impresionantes- con la verdad".

Fareed Zakaria, el acreditado internacionalista, escribe en la edición más reciente de Foreign Policy que la economía había ejercido una especie de hegemonía intelectual ("The End of Economics?", invierno de 2019). Si durante la Guerra Fría las tensiones eran esencialmente ideológicas y geopolíticas, el conocimiento más apreciado era histórico, cultural, político. Eran los...

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