Entrevista / Jesús López Sáez / 'Juan Pablo I fue asesinado'

AutorLuis Méndez

EL NORTE / España

MADRID.- Tras 25 años de investigación, el sacerdote Jesús López Sáez ha llegado a la conclusión de que el Papa Juan Pablo I fue asesinado, y así lo expone en su libro "El día de la cuenta" que saldrá próximamente al mercado a pesar de las advertencias de la Iglesia católica, que ya amenazó con retirarle la licencia ministerial (prohibición de celebrar los sacramentos) si decide publicarlo.

"Fue una muerte provocada en el momento oportuno", señala en entrevista este prestigioso catequista, fundador de la Comunidad de Ayala y que, al igual que Juan Pablo I, piensa que sigue siendo necesario "purificar el templo y echar de él a los mercaderes".

Cuando se acaba de cumplir un cuarto de siglo de la muerte del Papa Albino Luciani, que sólo estuvo 33 días al frente de la Iglesia católica, el libro de López Sáez echa por tierra la tesis oficial del Vaticano que siempre ha sostenido que el fallecimiento de Juan Pablo I se debió a un infarto agudo de miocardio.

Los responsables del homicidio: algunos miembros de la Curia romana, de la mafia y de la masonería temerosos de que el Papa reformara profundamente, tal como había anunciado, el organigrama de la Santa Sede, la procedencia de su dinero y el Gobierno de los Cardenales.

¿En qué se basa para mantener que el Papa Juan Pablo I fue asesinado?

- Todas las investigaciones y todos los datos de los que dispongo apuntan a esa conclusión, que fue una muerte provocada en el momento oportuno, un asesinato orquestado. Una de las tantas cosas que se han ocultado durante todos estos años es que se realizó una autopsia secreta que revela que al Papa Luciani le dieron una dosis fortísima de un vasodilatador, que es una medicina absolutamente contraindicada para alguien que tiene la tensión baja, como la tenía el Papa.

El propio médico personal, el doctor Da Ros, reconoció en público que Juan Pablo I estaba bien de salud y que él no le recetó ninguna clase de medicamento en la víspera de su muerte, lo que refuerza la idea de que hubo de por medio una acción de tipo criminal.

Además, la forma en que se encuentra el cadáver no encaja con el fallecimiento por infarto que se manejó en su día, ya que Juan Pablo I estaba tendido en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera, como corresponde a una muerte provocada por una sustancia depresora y acaecida en profundo sueño.

No hubo lucha con la muerte y en sus manos conservaba algunos papeles de los que en otras circunstancias, como la de un...

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