Javier Livas / Tribunales votantes

AutorJavier Livas

Esto no es lo que queríamos. Las elecciones debían ser un asunto de ciudadanos, no de Gobierno y tampoco de Tribunales. Sin embargo, es lo que la partidocracia generó y las elecciones han quedado como una burla a la voluntad popular.

Para entender dónde estamos tenemos que saber de dónde venimos.

En la era del partido único, el PRI simulaba elecciones y los partidos actuaban a sabiendas de que el que parte y comparte se lleva la mayor parte.

Durante décadas, el PRI diseñó el entorno en el que se desarrollaban las elecciones. Los partidos de oposición, como el PAN, el PSUM, el PMT, PARM y otros se conformaban con participar y aceptar las migajas que el PRI repartía en la forma de diputaciones de partido.

La elección de 1988 y la caída del sistema cambió todo. Sin embargo, la voluntad de cambio se transformó en un proyecto que mañosamente otorgaba muchas ventajas a la oposición, pero dejaba al PRI como la última instancia.

En vez de tener una autoridad electoral totalmente ciudadana, el PRI insertó la calificación de las elecciones en manos de Tribunales electorales dependientes del Poder Judicial Federal.

Quienes luchamos por quitar al PRI-Gobierno como organizador y beneficiario destinatario del ejercicio electoral quisimos un poder electoral totalmente ciudadanizado.

El IFE debía ser un órgano independiente del Gobierno, totalmente en manos de ciudadanos apartidistas y libres de toda tacha. Nunca quisimos que las elecciones terminaran siendo decididas por un Tribunal.

A lo largo de 25 años, los Tribunales electorales han estado tomando un papel más y más protagónico. El caso que roba cámara sin duda es el de la nulidad de la elección de Monterrey que tiene a la ciudad industrial más importante del País con autoridades provisionales.

Los vaivenes de las decisiones nos hacen pensar que o bien la ley electoral no sirve, o los Tribunales son veleidosos o ambas cosas a la vez. El caso es que los habitantes de Monterrey ya no saben qué demonios está pasando.

Felipe Cantú recibió su constancia de mayoría, para luego perderla, luego recuperarla y finalmente se declaró la nulidad de la elección. Sin embargo, la sentencia final decía claramente que la elección sería una reedición de la ya celebrada.

Ahora todo eso ha cambiado. La elección cambió de fecha y se ha abierto la puerta a nuevas alianzas, cancelación de candidaturas y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR