Javier Livas / Paraíso delincuencial

AutorJavier Livas

En ningún lugar del mundo se combinan tantas cosas para crear un paraíso para la delincuencia. Apuesto a que México les gana a todos. Nuestra vecindad tiene mucho que ver. Como dice el famoso autor Jared Diamond, "geografía es historia".

En México, el Gobierno es como un mesero que sirve la mesa para que se siente la delincuencia organizada, a cambio de una propina.

Desde drogas, pasando por extorsiones, secuestros, trata de personas, ventas de plazas, huachicol, compras de votos. No hay rendija demasiado chica para colarse, ni oportunidad que se deje pasar.

Sobre este paraíso narco, extorsionador y huachicolero las novelas y documentales saben más que los policías acerca de cómo funciona.

Mi amigo Ricardo Colorado hizo el documental "La Otra Parte del Narco" con una denuncia tremenda. Y no pasa nada. En México, el poder no es el de la silla presidencial, sino otro que no requiere silla, porque está diseminado, y compra al Gobierno su protección.

Como mis lectores saben, yo no me meto con particulares. A mí lo que me importa son los gobernantes que no hacen su trabajo. Jamás me meteré con lo que un particular esté haciendo, así sea el peor delincuente.

Tampoco me hago ilusiones. Nuestra falla es cultural y no se va a arreglar con más escuelas. El priato alimentó una cultura socialista entre normalistas. Malo el cuento. Las masas están envenenadas con ansias ciegas de justicia social, a costa de la justicia simple y llana que no se obtiene nunca. El Presidente compensa repartiendo billetes por doquier. Mejor sería invertirle a la legalidad, ¿o no?

Estamos en un paraíso delincuencial porque los contratos no se cumplen, a menos que haya amenaza de muerte. Con dinero los delincuentes pueden comprar lo que sea -porque todo está en venta. Policías municipales, Alcaldes, Gobernadores y altos funcionarios del Gobierno federal.

Un testigo en el juicio de Joaquín "El Chapo" Guzmán acusó a Peña Nieto de recibir 100 millones de dólares y nadie dijo ni pío. Eso no se investiga, se olvida.

No hay tampoco oportunidad de negocio que se le pele a la delincuencia organizada. Empezaron con el contrabando en la frontera, luego siguieron con la mota, la droga, y fueron expandiendo hacia controlar los cruces, aduanas...

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