Javier Livas / País 3 en 1

AutorJavier Livas

México está dividido. No me refiero al veneno "pobres contra ricos" que el Presidente inyecta en las venas digitales de la nación. Hay algo cultural, más profundo.

La forma en que el País vota lo delata. El norte en una forma, el centro en otra y el sur en otra. Mejor referencia es el estilo de administración privada que prepondera en estos "tres países".

El norte tiene administraciones abiertas al estilo USA que enseñan en el Tec, la Uni, la UDEM, etc. El centro sigue un estilo cerrado, vertical, tipo hacendado chicharronero porfirista. Y el sur es comunitario, sin prisa y sin metas; nada científico. Es como si la conquista nunca penetró selvas y montañas.

El PRI dominó la política durante 70 años. Para mantener el control político, impuso una política educativa "comunitaria", o sea, imbuyó un componente netamente socialista en todo el País.

Los otros dos países, centro y norte, han tenido que progresar a pesar de que los alumnos de las escuelas oficiales emergen como analfabetas funcionales. Saben leer las palabras, pero son incapaces de pensar o razonar por su cuenta.

Estos corralitos políticos se repiten en la historia. El economista y pensador afroamericano Thomas Sowell critica a los líderes negros por inducir la mentalidad de víctimas a sus seguidores. Los recientes desmanes anarquistas le dan la razón a Sowell.

En México, el PRI (con Bartlett) usó a los maestros (socializados) para llevar a cabo los fraudes "patrióticos" de los años 80. (Ello evitaría que "el norte" se escindiera.)

Ahora, López Obrador trata de socializar las instituciones. Con o sin el Congreso, les mete cincel y martillo a todas por parejo. Los Gobernadores del centro y norte empiezan a resentirlo.

Nos llevó casi 20 años limpiar las elecciones, pero nos faltaron medidas para evitar la compra masiva de votos. Le propuse eso al Secretario de Gobernación Carlos Abascal, durante el Gobierno de Calderón, pero nada hicieron, y entiendo por qué.

Las elecciones se estrenaron como mercados de votos cuando Calderón (del país del centro) le compró votos al PRI para ganarle a Andrés en 2006. Luego pagó la deuda, traicionando al PAN en el 2012. Le abrió el paso a Peña Nieto, otro gobernante del centro, que hizo de su Gobierno el sexenio de Hidalgo ("tata-tatata el que deje algo").

Esa megacorrupción sentó las bases para el triunfo...

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