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Javier Livas / No hay prisa

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Vincent
AutorJavier Livas

De acuerdo a John P. Kotter, maestro emérito de la Escuela de Negocios de Harvard, sin un sentido de urgencia no hay cambio. Sin un sentido de urgencia las fuerzas que se oponen al cambio terminan por imponerse.

En México, la gran mayoría de los mexicanos exigen y reclaman, pero son conformistas en cuanto a que esperan que sean otros los que resuelvan sus problemas. "No hay prisa" se traduce en pasividad.

La falta de urgencia se ha hecho presente en numerosas instancias. Como nación parece que no aprendemos que diferir los cambios nos cuesta vitalidad y competitividad; quedamos en desventaja frente a otros países. La indolencia nos impide remediar grandes males y ahí seguimos dando palos de ciego para todo.

No hay prisa para arreglar la educación. Nos tardamos décadas desde que se notaba que nos hacía falta modernizarnos. Y cuando por fin se ha actuado, en vez de reforma educativa recibimos una reforma laboral que está llevando al País a un estado de caos y más ineficiencia. Los bloqueos de los maestros atacan donde más duele: la prisa de los viajeros, el transporte de perecederos, el intercambio comercial.

Tampoco hubo en su momento prisa para arreglar la democracia. Desde mediados de los 70 hasta casi el 2000 nuestro sistema electoral dependía de la magnanimidad del PRI. Cuando por fin llegó la democracia, fue en forma de partidocracia. Veinticinco años después vemos que sí avanzamos, pero para no quedarnos más atrás. Estamos varados.

Las reformas económicas son otras víctimas de la falta de prisa. Han llegado a cuentagotas. Y los resultados que esperábamos se han ido rezagando. En materia de energía dejamos que la jauja del petróleo caro nos pasara de noche. Nuestros gobernantes nunca traen prisa y menos los Diputados y Senadores que "administran" la riqueza petrolera.

La reforma de telecomunicaciones también tardó muchísimo. Debió hacerse a fondo desde que se vendió Telmex. En ese entonces, se permitió que Carlos Slim se consolidara, y como el más rico de América, antes de dar el segundo paso. Ahora, es cierto, han bajado las tarifas de los celulares. Muy bien. Ah, y pronto vamos a poder marcar como si fuéramos de...

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