Javier Livas / Nadie ganó, todos perdimos

AutorJavier Livas

Los ciudadanos perdimos la elección del 2006 desde el instante en que PAN, PRI y PRD postularon a candidatos con posturas internas extremas. Los tres candidatos fueron por todas las canicas con proyectos excluyentes. Ahora estamos varados, con una elección irresuelta y una tensa calma que presagia tormenta; nadie ganó, todos perdimos.

Las malas leyes electorales han sido un instrumento del poder que busca perpetuarse. No buscan conciliar, sino conquistar y abolir.

La gran reforma de Reyes Heroles de 1977 no era necesaria. Bastaba que se le reconocieran los votos al PAN, que empezaba a ganar desde los 60, como sucedió en San Pedro en 1962.

En 1986, la famosa Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales fue sustituida por el Código Federal Electoral que institucionalizó la autoridad del Gobierno para cometer fraudes electorales y legalizarlos. La Secretaría de Gobernación gobernaba las elecciones.

Explicablemente, la turbia elección presidencial de 1988 culminó con una falsificación masiva de actas de escrutinio y un acuerdo tras bambalinas que concedió la Presidencia a Carlos Salinas. Para una ciudadanía ninguneada era impensable que el PRI pudiera o debiera dejar el poder.

Así, apabullante, siguió el PRI. Al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales lo consideran como una graciosa concesión de Salinas. En efecto, la "ciudadanización" del proceso a nivel consejo y a nivel casilla nada hizo para remover la estructura burocrática de Gobernación que operó la elección de 1991. Nótese que, a pesar de la ciudadanización, hubo fraude cibernético. Las reclamaciones se silenciaron mediante "concertacesiones" o elecciones negociadas.

Durante todos esos años de dominación presidencial del PRI jamás se desmantelaron los equipos de control electoral. La CTM, la CROC, la CNC, el SNTE, los petroleros, el IMSS, conservaron su capacidad de producir votos, de acarrear, de coaccionar.

En el 2000, el IFE ciudadanizado no pudo detectar el Pemexgate; posteriormente, actuando por presión del PRI, se fue contra los "amigos de Fox". Los consejeros también cuidan su chamba.

No menos importante es reconocer que el actual consejo del IFE fue nombrado por acuerdos del PRI y del PAN únicamente y que Ugalde fue propuesto por la maestra Elba Esther Gordillo.

La creación del Trife fue otra medida preventiva que el PRI tomó para reservarse la última palabra en las elecciones. Cuestión de recordar la frase de Fox sobre las "marranadas" del...

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