Javier Livas / Municipio modelo

AutorJavier Livas

Con la elección del candidato del PAN a la Alcaldía en puerta, haré un repaso de lo que hizo a San Pedro el municipio modelo en 1977-79 con Genaro Leal Martínez a la cabeza. El orden no es de importancia, sino cómo se me vienen a la mente.

Acabamos con la corrupción en Policía y Tránsito. Ello gracias a la entrega total de Hernán Guajardo y, sobre todo, a la sobrevigilancia que impuso. En cada patrulla iban dos agentes con diferentes supervisores.

Pagábamos a tiempo todos los compromisos. No jineteábamos el dinero de los contratistas. Creo que nos llegaron a adorar por cumplidos.

Del presupuesto, llegamos a gastar sólo el 50.5 por ciento y el 49.5 por ciento en inversión el último año. Si eso se aplicara actualmente, San Pedro estaría invirtiendo cerca de mil millones al año, en vez de 300 que no sabemos a dónde van a dar.

Salimos sin deudas. Eso sin contar que quedaron prepagados servicios de luz del siguiente trienio. O sea que con dinero en caja y hasta de sobra. Este "truco" estuvo a cargo de Raúl Rangel Hinojosa y se lo perdonamos porque fue un tesorero ejemplar que siguió.

Tuvimos contabilidad computarizada total antes que Alfa y Dinámica. Esto dicho por Gelasio Íñiguez, mejor conocido como el talento en computación que hizo a Cemex una potencia mundial en tecnología administrativa.

Esa contabilidad producía listados de cheque por cheque, concepto por concepto, cada fin de mes. Éramos transparentes antes de que se inventara la palabra o se aplicara como un valor de la administración pública y privada.

Revisamos 22 reglamentos para actualizarlos. Pero además los aplicábamos con cierto rigor, sin fastidiar de más a los sampetrinos. Se dice fácil.

Invertíamos en proyectos, lo cual permitía bajar recursos con mayor destreza que otros municipios. Siempre nos adelantábamos a las jugadas del Gobierno del Estado.

Pusimos orden en el sindicato de trabajadores. Los policías y tránsitos quedaron fuera. Teníamos tratos respetuosos con Rafael Reyes Montemayor, líder sindical, pero no permitíamos que él marcara la pauta. Despedíamos a los empleados incumplidos o indisciplinados.

Cada director tenía y controlaba su propio presupuesto y programa de actividades. No había disputas ni cuentas chuecas.

Soportamos huelgas y paros para...

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