Javier Livas / Gobierno embrión

AutorJavier Livas

Bien podríamos llamarle una fertilización in vitro, porque en este momento ya no sabemos quién es el papá ni quién es la mamá. Está apenas tomando fuerza el embrión de Gobierno cuyo ADN resulta todo un misterio.

En el futuro Gabinete habrá de todo, como en botica. Empresarios, dinosaurios, académicos, izquierdosos, activistas, de todo un poco. Lo que no sabemos es cuáles genes prevalecerán en la futura criatura.

La última vez que se hizo una mezcolanza así fue cuando Plutarco Elías Calles armó al que después sería el PRI.

Nótese la fuerza del oxímoron revolucionario-institucional. En la contradicción todos caben. Como en la genialidad de Shakespeare: ser y no ser, al mismo tiempo.

Por eso debe preocuparnos esta paz inercial. Los mercados están tranquilos. Los empresarios alineados. Hay mucha gente celebrando y otros resignados. La hipótesis que da acomodo a las ambivalencias a mí me da escalofríos. Estamos ante el renacimiento del PRI a través de Morena.

Ricardo Pascoe Pierce, conocido intelectual de izquierda, fortalece esta hipótesis al dar santo y seña del viejo vínculo entre Andrés y el Dr. Zedillo. Sellaron su alianza desde que Andrés sirvió de opositor a Roberto Madrazo en Tabasco.

Poco tiempo después en los pleitos de Zedillo con los hermanos Salinas, Andrés improvisó la famosa frase de la "mafia del poder" que tantos réditos le dio finalmente en su última campaña.

El enigma del Gobierno embrión también está fortalecido por lo que puede llamarse la doble personalidad de Andrés.

En su versión de personaje noble. Andrés ha demostrado una abnegación hacia la gente más desfavorecida del País. En ese carácter visitó poblados y rancherías para estar en contacto y llevar esperanza.

Ese mismo Andrés es el que ha invitado a desayunar al contendiente José Antonio Meade como símbolo de la necesidad de sanar cualquier roce producto de las campañas. Pero hay muchas otras instancias de Andrés, el buena gente.

El segundo Andrés es el personaje burlón, cerrado, impositivo. Es el presidente de partido que actúa como dueño, sin tomar en cuenta lo que piensen sus súbditos.

Es el mismo que ha colocado a sus hijos mayores como coraza o filtro para acceder a su señoría...

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