Javier Treviño Cantú / Espacio sin ley

AutorJavier Treviño Cantú

¿Qué tienen en común la insólita solicitud del IFE para que YouTube "bajara" el video donde se hace una parodia del Gobernador de Veracruz; la cobertura del controvertido debate entre los candidatos del PAN y el PRI a la Gubernatura de Nuevo León organizado por EL NORTE; y, sobre todo, la emergencia que provocó el nuevo virus de la influenza A H1N1?

Los tres temas sirvieron para recordarnos que ante la creciente complejidad del mundo actual y la velocidad con que suceden los eventos que impactan nuestra forma de vida, contar con medios de comunicación profesionales, responsables y confiables es más necesario que nunca.

Además de la crisis económica internacional, el poco éxito que han tenido los nuevos modelos de negocio para compensar el acceso gratuito a contenidos de información y entretenimiento por internet, así como el gran avance de los "medios sociales 2.0", son algunos de los factores que están limitando el crecimiento de la industria mediática-periodística. A su vez, esto afecta el desarrollo de sociedades como la nuestra, ya que en las democracias -por más consolidadas o inmaduras que sean- la información representa un "bien público" y los medios juegan un papel esencial.

Paradójicamente, la conectividad que han propiciado internet y los aparatos portátiles de comunicación multimedia está generando un gran "ruido" que dificulta entender y valorar el significado de lo que ocurre a nuestro alrededor.

Ello complica la capacidad de los ciudadanos para formarse un criterio bien fundamentado de la realidad, tomar las decisiones apropiadas y actuar en consecuencia.

La multiplicación de voces capaces de hacerse escuchar en el ciberespacio puede enriquecer la discusión pública, al ayudar a generar una "conversación social" dinámica y potencialmente constructiva. Igualmente, los ciudadanos interesados en informarse a fondo sobre algún tema específico hoy cuentan con numerosas opciones.

Sin embargo, al mismo tiempo, esta multiplicidad de canales y voces también puede contribuir a generar una gran confusión entre la mayoría de la gente o, en el peor de los casos, servir como espacio anónimo para la difusión de rumores malintencionados y como una plataforma para lanzar ataques encubiertos.

El caso más dramático se dio con la reciente emergencia de salud por la que todavía atravesamos. Hace casi un mes, Grupo REFORMA ganó la primicia al revelar por vez primera que un brote atípico de influenza tenía en alerta a las autoridades sanitarias...

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