Y desde Japón observan a Vicente Fox

AutorEditorial de Asahi Shimbun distribuido por The New York Times

México, visto desde hace mucho tiempo como un estereotipo de las naciones con un gobierno inmutable, ha visto como el poder político cambia de manos por primera vez en 71 años con la victoria electoral de Vicente Fox, del partido opositor de centro derecha Acción Nacional (PAN), ante el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales del 2 de julio. Este resultado sugiere que los votantes mexicanos quieren acabar con el corrupto gobierno unipartidista y buscar una ruta más abierta hacia la democracia.

A lo largo de su campaña, Fox criticó los "grandes muros que impiden el desarrollo democrático", tales como el clima político autoritario en México y su corrupta burocracia. Los muros del favoritismo establecidos por el PRI a lo largo de muchas décadas, por ejemplo, no se movían ni un centímetro.

Pero los muros cayeron esta vez, consecuencia en gran medida de unas elecciones limpias, conducidas sin interferencias gubernamentales, monitoreadas por organizaciones internacionales. Los votantes quienes buscaban la transparencia política se pasaron abrumadoramente al partido de Fox en protesta contra el gobernante PRI. La firme voluntad de los votantes quienes perseguían el cambio contribuyó de manera significativa a la fuerza que derribó esos sólidos muros.

En México, los campesinos se levantaron en una revolución socialista en 1910, con varios años de antelación a la revolución rusa, oponiéndose a una dictadura que databa del Siglo 19 y a la que apoyaban los terratenientes de corte feudalista. El Partido Nacional Revolucionario, predecesor del PRI, se formó en 1929 después de 20 años de agitación.

Sin embargo, como consecuencia de los largos años en el gobierno del partido, éste se corrompió al perder de vista sus ideales originales, convirtiéndose el PRI en una organización para repartir favores. El partido sostuvo el gobierno por medio de una base poderosa apoyada por granjeros y burócratas que utilizaban el reparto de influencias. Los líderes del partido cerraban filas turnándose en una presidencia sin posibilidad de reelección. Algunos expertos describían el enfoque priísta como algo...

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