Jaime Sánchez Susarrey / Irresponsabilidad

AutorJaime Sánchez Susarrey
  1. El objetivo fundamental de la reforma electoral no se alcanzó. Los líderes priistas repitieron una y otra vez el mismo sonsonete: no se puede ir a la elección del 2009 (y a las posteriores) con una autoridad electoral que es impugnada por una de las tres principales fuerzas políticas. Es necesario recrear el consenso en torno al IFE. El PRD y sus demandas deben estar en el centro de las negociaciones. Por eso se procedió a decapitar al Consejo General y por eso también se elevó a rango constitucional la prohibición de las campañas negativas. Pero en el camino se les apareció López Obrador y de un plumazo descalificó la reforma. Una fracción importante de diputados perredistas se sumó al "presidente legítimo" y votó en contra. ¿Resultado? Las cosas están como antes. No hay consenso. La "nueva autoridad" nace cuestionada. AMLO habla de un complot y no reconoce ningún avance. Concluye, incluso, que lo importante no es reformar las leyes, sino aplicarlas.

  2. En el 2003 el PRD se quedó al margen de las negociaciones. Pablo Gómez exigía que el nuevo consejero presidente del IFE fuese Jesús Cantú, quien había sido miembro del Consejo General desde 1996. El PAN y el PRI se opusieron. No hubo acuerdo. Acto seguido el PRI y el PAN eligieron a los nueve integrantes del IFE. De ahí la inconformidad y las descalificaciones posteriores. Hoy la historia se repite. El PRD se empeña en que Genaro Góngora sea el consejero presidente. El PRI y el PAN se niegan. Por eso las negociaciones están trabadas. Si ya había ocurrido en el 2003 no había ninguna razón para que no sucediera de nuevo cuatro años después. Este solo dato muestra lo absurdo de la reforma emprendida. Si se hubiera querido solucionar el problema se debería haber optado por otro mecanismo de selección en el que no participaran los partidos. Pero los tres grandes partidos hubiesen perdido el control del proceso. Y eso les pareció simple y llanamente inadmisible.

  3. El Partido Convergencia ha anunciado que iniciará una impugnación de la reforma electoral. Uno de los puntos más importantes se refiere a la "cláusula de la vida eterna". Me explico. Según la nueva legislación, los partidos pequeños podrán coaligarse con otros partidos, pero conservando sus boletas con su propio logo. De esa manera podrá contabilizarse con precisión qué cantidad de votos obtuvo cada una de las organizaciones. Lo picaresco del asunto está en lo siguiente: si un partido pequeño (Convergencia o el Partido del Trabajo)...

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