Isabel Turrent / Contra la modernidad

AutorIsabel Turrent

El proyecto de Gobierno de López Obrador tiene dos grandes vacíos: el punto de partida y la meta final.

En el inicio está el villano. El neoliberalismo, que ha repetido ad nauseam, es el culpable no sólo de todos los males que aquejan a México, sino de los del mundo entero, pandemia de Covid incluida. Un villano hueco, difícil de definir que es más un lema que una realidad.

Hay analistas que afirman que no existe, otros que es un término vago donde todo cabe y muchos más, que es tan sólo un insulto sin raíces en la realidad.

Hace días, Alex Doherty, que sí cree que existe, lo definió en The Guardian como la creencia política y económica que impulsó a varios líderes en los 70 a alejarse de la planeación económica dirigida por el Estado, herencia del socialismo soviético, y adoptar un modelo económico que pretendió extender el libre mercado a todas las actividades humanas y removió las regulaciones al capital financiero. Margaret Thatcher y Ronald Reagan fueron sus mejores representantes.

En el mundo, ese neoliberalismo se ha diluido: algunos países lo han atemperado con regulaciones, en otros el casillero de la derecha ha sido ocupado por fascistas, radicales racistas y misóginos y demagogos populistas como Trump.

López Obrador está peleando con molinos de viento neoliberales en el exterior y con otros igual de fantasmales dentro de México.

Aquí nunca hubo Gobiernos neoliberales. Algunos se declararon abogados del libre comercio y firmaron y defendieron el TLCAN -como López Obrador, por cierto-, respetaron a la iniciativa privada y abrieron la puerta a inversionistas en sectores estratégicos, antes intocables, como el energético. Pero ninguno buscó emular a Thatcher.

En cuanto al destino de su proyecto, López Obrador ha tenido siempre buen cuidado de no definir hacia dónde se dirige. Como es el maestro de la evasión y de las abstracciones inasibles (como el desarrollo sin crecimiento económico) hay que adivinar la meta de este sexenio a partir de las políticas que ha aplicado.

Es un líder populista obsesionado por acumular todo el poder y la toma de decisiones en sus manos. Un político pragmático que echa mano de cualquier ideología, creencias y supersticiones...

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