Isabel Turrent / Entender a Trump

AutorIsabel Turrent

El discurso inaugural de Donald Trump puede haber sido escrito por su amanuense favorito Stephen Miller (que debe haber tenido una infancia muy difícil dada su capacidad para producir hiel), pero el dedo narcisista de Trump está por todas partes.

Nos informó que planea regresar el poder de Washington "al pueblo" (al que, por supuesto, él encarna y representa), y no sólo "reconstruir" su país sino "cambiar el perfil del mundo por mucho tiempo". Prometió nada menos que el nacimiento de un nuevo milenio.

Y proclamó (como todos los líderes mesiánicos, populistas y fascistas que se han creído arquitectos del futuro) que encabeza un "movimiento histórico sin precedentes en la historia de la humanidad" donde una nueva visión gobernará a Estados Unidos bajo el lema (fascistoide) de "América primero".

Todas sus políticas -impuestos, medidas migratorias y acuerdos comerciales- estarán al servicio del engrandecimiento de Estados Unidos que ha sido, aseguró, saqueado por el resto del mundo. (Estados Unidos ha sido víctima de una "carnicería" por parte de fuerzas oscuras y de sus socios y aliados).

Trump tiene una sola ventaja: es transparente. Detrás del doublespeak orwelliano que delata una ignorancia abismal y un proceso mental irracional y caótico, mezcla de lugares comunes, ocurrencias y prejuicios, es claro que usará el inmenso poder que asumió el viernes para llevar a la práctica lo que pregona.

Anunció nuevas alianzas: el mundo tendrá que prepararse para un acuerdo entre tiranos -Trump y Putin- que probablemente acabará con ISIS, pero hará también todo lo posible para destruir a la OTAN (y poner en manos de Rusia a los países bálticos, Europa Central y a los sufridos ucranianos), y desmantelar la Unión Europea (UE).

Le da igual, afirmó Trump en una entrevista con el periódico alemán Bild, si la UE desaparece: a fin de cuentas es "un vehículo para la dominación alemana" del continente. Y aplaudió en las páginas del Times de Londres al Brexit (que ha resultado un rompecabezas costoso e indescifrable para el Gobierno británico).

Los países europeos pueden darse el lujo de concluir que Trump no podrá hacer todo lo que dice y darse tiempo para descifrar lo que realmente piensa, si es que piensa.

México no puede darse ese lujo: Trump reiteró en su discurso que gobernará bajo la bandera del proteccionismo y castigará...

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