Isabel Turrent / El cristal con que se mira

AutorIsabel Turrent

"Todo depende del cristal con que se mira", dice el famoso refrán. Y en la situación actual de nuestro país mirar a México -y a México en el mundo- desde fuera, es un ejercicio esclarecedor. Observar al país bajo la óptica de los observadores extranjeros permite ver con claridad meridiana las ataduras ideológicas que limitan a los actores políticos que han detenido por decenios las reformas económicas y políticas que el país necesita y desmontar con mayor facilidad sus "argumentos".

El "no" parece dispuesto a perseguirnos, no sólo en el ámbito doméstico, sino también en el exterior. Si en México los partidos se dicen no los unos a los otros y también a las demandas de la sociedad, la mirada externa está centrada en lo que no somos (y podríamos ser) y en lo que no hemos hecho para crear un clima de estabilidad política y de progreso económico. ¿Por qué México es el Bric perdido?, se preguntaba el 16 de febrero Gideon Rachman en el Financial Times.

Con una población de más de 112 millones de habitantes, un ingreso per cápita de más del doble del de China y un acceso privilegiado al mercado norteamericano, México debería estar -concluía Rachman- entre las potencias emergentes que son ahora actores políticos globales. Pero en lugar de sumar una M a BRIC, México arrastra una economía maniatada, con una tasa de crecimiento (o decrecimiento, como en 2009) muy por debajo de sus necesidades y potencial, y ha perdido aceleradamente voz e influencia en el ámbito internacional.

La receta de Rachman es la misma que han repetido observadores y articulistas por años: México podría incorporarse a las potencias emergentes si aplicara reformas que abrieran a la competencia a todos los sectores de la economía, desde el energético hasta el de la construcción. Podría ser un consuelo que Gideon Rachman reconozca que el país ha tenido "mala suerte" en los últimos años: la guerra con el narco ha arrasado con la estabilidad política en amplias regiones del país, la expansión económica de China es más competitiva que complementaria para México, la recesión en Estados Unidos nos golpeó directamente y nadie tiene la culpa de que la influenza haya afectado al sector turístico mexicano. Sin embargo, sería un consuelo inútil: no hay una sola colectividad o país en la historia que no haya pasado por cataclismos sociales, baches económicos y periodos de inestabilidad política. La clave está en cómo han remontado esos problemas o cómo se han dejado avasallar por ellos. Lo...

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