Irma Martínez / ¿Cuál soberanía?

AutorIrma Martínez

La información confusa, engañosa o inconsistente que muchas veces recibimos acerca de los actos violentos que sufrimos diariamente está causando en el inconsciente colectivo un estado de desconfianza total.

El domingo pasado me hallaba conduciendo por la autopista de Reynosa a Monterrey. Al llegar a la primera caseta de pago me encontré con filas y filas de autos varados. Según explicaba el encargado de estas casetas, la autoridad les había pedido detener el tránsito, puesto que estaban enterados de que a la altura de Los Herreras había un bloqueo con camionetas y tipos armados.

Luego de estacionar mi auto a la orilla de la carretera, donde ya se encontraba un buen número de automóviles y camionetas, avisé por celular a mi familia. En ese lugar estuvimos en espera como 30 minutos hasta que nos dieron el pase.

Mientras tanto, mis familiares, preocupados, llamaron a la PFP y a la red de autopistas; lo extraño es que nadie tenía información alguna. ¿Qué pasó? No lo supimos, probablemente uno más de esos acontecimientos que nunca salen a la luz pública.

Ocultar o tergiversar información en sucesos como éste nos deja a los ciudadanos en un estado de psicosis.

Por ejemplo, es sabido cómo se cambió la versión del muy lamentable incidente que se dio en el American School Foundation de Monterrey, en el cual dos guardias de FEMSA perdieron la vida.

Ese mismo día, la empresa envió un desafortunado comunicado donde afirmaba que en la balacera del Colegio Americano sólo resultaron tres guardias heridos. Y antes de 48 horas cambiaron la versión, admitiendo los lamentables decesos.

Este caso, en cuanto a mala comunicación se refiere, nos recuerda el error cometido en el comunicado inicial del Tec de Monterrey sobre el incidente de marzo pasado en el que dos de sus estudiantes perdieron la vida en un fuego cruzado entre el crimen organizado y el Ejército.

La reacción ciudadana ante estos comunicados es de incertidumbre. Es obvio que muchas veces nuestras autoridades nos pretenden engañar con declaraciones acomodadas a lo que les conviene; sin embargo, la decepción aumenta cuando la información proviene de instituciones que han sido ícono, orgullo de todos...

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