Inician 18 su vida sacerdotal

AutorVicente Guerrero

Cuando el Padre Juan Carlos Castillo, secretario canciller del Arzobispado de Monterrey, mencionó la parroquia a la cual serían enviados o la tarea que les fue asignada, los 18 nuevos presbíteros concluyeron su preparación y estudio para iniciar una nueva misión: evangelizar a miles de regiomontanos.

Y no sólo eso, sino que deberán ser ejemplo para su comunidad, responder a las necesidades de los creyentes, prepararse constantemente, ser fiel al obispo actual y a sus sucesores, además de jurar obediencia y respeto a su ministerio.

Después de "leerles la cartilla" la tarde del martes, el Cardenal Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo de Monterrey, los bendijo porque ellos serán quienes darán impulso al presbiterio actual.

"Todos son ellos son jóvenes que vienen a reforzar al presbiterio y también dan la oportunidad de que la Arquidiócesis de Monterrey pueda mandar a otros a las misiones, porque la Iglesia es fundamentalmente misionera como ya sucede en Perú, Guatemala, Venezuela, una parte de Estados Unidos, y también en Cuba y en Mozambique", comentó Suárez Rivera, luego de la ceremonia religiosa en la Basílica del Roble.

De esta nueva misión y del compromiso que representa está consciente José Francisco Fonseca, quien será vicario en la Parroquia Cristo Obrero.

"El sacerdote es visto como un líder, entre comillas, que tiene que guiar a los demás, entonces lo que importa aquí es que no seamos como los políticos, sino ser siempre humildes, sencillos y congruentes", explicó el nuevo sacerdote de 35 años de edad.

Javier Hernández, nuevo vicario en San Juan Bosco, señaló que esta nueva misión la buscó hace mucho y que ahora se ven recompensados años de estudio.

"Di clases a niños en un colegio, pero mi historia vocacional fue ir descubriendo lo que Dios quería de mí, así que lo que me motivó fue entregar la vida al servicio de la comunidad", explicó.

En la misma situación se encontraba Francisco Javier Vázquez, de 30 años, quien pese a tener un empleo y otro tipo de realizaciones no estaba satisfecho.

"Viajaba y todo, pero me faltaba algo, darme a mí mismo y eso fue lo que me motivó a ingresar al Seminario, además de que no somos muchos para una necesidad que nos desborda"...

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