Ingeniería y medicina: El binomio del futuro

AutorDiana Saavedra

¿De cuántos músculos podría prescindir un paciente? ¿Cómo comunicarse artificialmente con el cerebro? Este tipo de interrogantes han llevado al mexicano Francisco Valero Cuevas, de la Universidad del Sur de California (USC), a desarrollar un programa de investigación que busca identificar de forma sencilla el grado de lesión que pueda tener una persona con, digamos, parálisis cerebral o mal de párkinson.

Interesado en la neuromecánica desde la perspectiva de la ingeniería y matemática del control, el científico radicado en los Estados Unidos, colabora con clínicas de Londres, Zurich, París, Nueva York y California, en el diseño de estrategias para cuantificar la discapacidad y la mejora después de la terapia.

"Lo que he hecho es encontrar maneras de cuantificar cuál es la capacidad de destreza de cualquier persona ya sea sana, o antes y después del medicamento o tratamiento. Así como, cuál es el nivel de discapacidad o recuperación de un paciente", explica durante su más reciente visita a México.

Especialista en la teoría del control neuromuscular, el científico galardonado en 2013 con el Outstanding Technical Achievement, que otorga la Sociedad Americana de Ingeniería, entre otros reconocimientos, ha desarrollado técnicas sencillas para medir la destreza de manos y piernas.

"Son objetos deformables, por ejemplo, con sensores y el chiste está en cómo interpretar las fuerza que imprimes en los dedos. Si uno sabe qué está buscando, se pueden usar cosas tan sencillas como sostener una piedra, o exprimir un limón, nos da información sobre la integridad del sistema nervioso, es decir, uno debe saber dónde buscar", detalla.

Valero Cuevas ha extendido el uso de estas técnicas sobre destreza manual a lo que él llama la destreza de piernas, necesaria para movimientos deportivos como acelerar o frenar.

Entre más elementos y conexiones tiene un organismo, el control del sistema se hace más difícil, reconoce.

Un dedo, dependiendo de cuál sea, tiene de 6 a 10 músculos, todos ellos necesarios y si alguno se daña levemente puede generar una incapacidad en el paciente.

"Lo que estamos viendo es que cada músculo es realmente útil y por eso no se ha perdido en el proceso evolutivo. Son cosas muy interesantes, y como nos dijo Galileo Galilei: 'para entender la biología se necesita la matemática'. Hoy, la ingeniería y la biología están recombinándose y lo que vayamos a generar será fantástico", enfatiza.

PRÓTESIS DE BAJO COSTO

Parte de esta combinación de...

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