Impactante

AutorGabriela Villegas

Una puesta en escena que cuestiona, incita y reflexiona sobre el heroísmo de los personajes que saturan los libros de historia y la concepción del México democrático. Así es "El Gesticulador".

La obra del dramaturgo Rodolfo Usigli causó polémica en los años 40, época en que hasta fue censurada. Ayer esta misma historia, que abrió las actividades de Teatro Nuevo León 2019, despertó en el público regio una extraña mezcla de nostalgia hacia el pasado político de dominio del PRI y, a la vez, reflejó el concepto del mesianismo tan actual.

La trama gira en torno a César Rubio, interpretado por Mauro Samaniego, un humilde profesor de historia, que busca desesperadamente sostener a su familia. Su esposa Elena, personificada por Rosalva Eguía; su hija Julia por Joselyn Paulette y su hijo Miguel por Diego de Lira, recriminan la decisión de César de dejar la Ciudad de México para vivir en el pueblo de Allende.

Los heroicos relatos que Rubio evoca y cuenta, cual caudillo revolucionario, al profesor de Harvard Oliver Bolton, representado por Roberto Alanís, lo llevan a usurpar la identidad de su homónimo, el General César Rubio. Éste había sido un destacado combatiente y líder idealista durante la Revolución Mexicana.

El revivir del personaje revolucionario atrae al Presidente Municipal de Allende y a dos Diputados del Partido Revolucionario Nacional para postular a Rubio como candidato a Gobernador, lo que él acepta tras súplicas. Y la familia Rubio, a excepción de Miguel, el hijo, pasan a vivir bajo la máscara del poder.

La farsa de César parece real tanto dentro como fuera del escenario. El personaje se convierte en el mesías que el pueblo esperaba. Sus discursos políticos retoman los ideales...

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