Marketer/ Idea Voladora

AutorHoracio Marchand

Bajar gastos permanentemente es como bajar grasa del cuerpo a un grado tal que se empieza a acabar el músculo. Se baja la barriga, las llantitas, la papada, los cachetes; y luego se empieza a carcomer el músculo del brazo, la fuerza abdominal, la energía motriz y se cae en el agotamiento.

Y en ese estado ¿quién puede operar? Levántate empresa, a jalar, ¿qué no ves cómo está la crisis, el asunto del dólar, la competencia extranjera? Orale, pa'rriba.

Y la empresa tirada en el piso. Sus mejores gentes fueron las primeras en irse. La inversión en marca, innovación, servicio al cliente y tecnología se detuvo por completo; y las ventas siguen a la baja. ¿Qué se hace entonces? Pues a bajar más gastos.

Productividad y eficiencia se contraponen a efectividad y eficacia.

No es sostenible seguir ahorcando constantemente a una empresa, ni se pueden centrar "estrategias" basadas en el lema de "entre menos burros, más olotes".

Que no se malinterprete o se piense que cuidar gastos no es importante. Con gastos excesivos, hasta los mejores modelos de negocios fracasan. El asunto es el balance de variables y por eso es difícil manejar un negocio: el presente vs el futuro; utilidad vs flujo de efectivo; margen vs volumen; gente joven vs gente veterana; publicidad vs el ahorro; lo conocido vs el riesgo de lo nuevo.

Pero la maña que predomina es que cuando aparecen broncas, los ejecutivos sistemáticamente, por inercia, como si fuera un mecanismo de defensa metido en los genes, se tiran al cuello contra los gastos. Como si no pudiera hacerse otra cosa.

¿Dónde queda la búsqueda de oportunidades? ¿Por qué no darle la misma energía que se da a bajar gastos a la búsqueda y explotación de oportunidades?

Si hay un lugar en el mundo donde se pensaba que ya nada podía hacerse es en la industria de la aviación comercial. Y de pronto aparece una extraña compañía novata llamada JetBlue. Pero antes de hablar de ella, conviene contextualizar.

La industria de la aviación ya estaba en problemas desde antes del ataque terrorista a Nueva York, y ahora, peor.

American Airlines, ícono mundial, acaba de anunciar pérdidas por 3 mil 500 millones de dólares (cerca de 10 millones de dólares diarios) y no es la única aerolínea con problemas financieros en el mundo.

La respuesta automática: anuncia recortes, bajas, ahorros.

La segunda respuesta automática: cobrar a lo ranchero.

Documentar una maleta muy grande o extra, puede costar más que el taxi al aeropuerto. En agosto del año pasado...

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