Honrará INBA a Graciela Iturbide

AutorLourdes Zambrano

MÉXICO. Vivir de la fotografía no comercial ha sido todo un reto para los gigantes de la lente en México, tanto para Manuel Álvarez Bravo como para su discípula y heredera, Graciela Iturbide.

"En un principio no tenía dinero, pero sí tenía rollos. ¡Pobres de mis hijos!", recuerda la artista sobre sus inicios, en 1969.

Hoy, Iturbide será homenajeada en el Palacio de Bellas Artes, donde además se le entregará la Medalla Bellas Artes.

A sus veintitantos, recuerda, entró al taller de Álvarez Bravo y se dio cuenta de que éste no se mantenía de vender sus fotografías en México. Si lo hacía, era para clientes en el extranjero.

"Empecé a exhibir, hice algunos libros y con el tiempo se fue dando que museos me compraran fotografías, coleccionistas en Europa. En México ahora parece que ya les interesa a los coleccionistas comprar foto", dice.

Un factor importante para entrar a las colecciones de museos fue haber obtenido el Premio Hasselblad, en el 2008, el máximo galardón que un fotógrafo puede recibir.

Cuando dejó la cámara de cine, muy pesada para su menuda figura, para tomar una medio formato y otra de 35...

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