Heriberto Anselmo Amaya / Universidades foráneas
| Autor | Heriberto Anselmo Amaya |
En el lenguaje de los muchos estudiantes universitarios que viven en Monterrey, foránea, foráneo se reserva para calificar a aquellos del grupo cuya residencia familiar está en otra parte: aquellos que aquí viven en internados o en casas de huéspedes (cada vez menos), y en departamentos que ellos rentan y administran en grupos de amigas o amigos. Nótese que aún es "o" y no "y", pero no debemos esperar que no ocurra una evolución al respecto.
El conjunto estudiantil foráneo en Monterrey es de tal modo importante, que sitúa a la plaza en el primer lugar en la República en la estadística de estudiantes de nivel superior por habitante. Más digno de consideración es observar el fenómeno de las consecuencias que del hecho se han desprendido.
Por un lado, enriquecimiento cultural en una doble vertiente: muchos valores que ahora tienen influencia nacional -y son en este caso valores dignos, positivos- pertenecen a la tradición local, son originalmente regiomontanos, y fueron llevados a sus lugares de origen por aquellos que aquí fueron foráneos y regresaron a sus tierras; y, en el otro sentido, la cultura local se ha enriquecido por la influencia de los foráneos, en gran medida de los que aquí se quedaron.
Consecuencia es también el impacto en el desarrollo económico y social que ha tenido el trabajo de miles de egresados de universidades locales que alguna vez fueron foráneos y aquí arraigaron. Vale mencionar dos ejemplos por la identificación con nuestros temas: el rector del Sistema Tec y el rector de la Universidad Mexicana del Noreste.
Pues resulta precisamente que ahora entramos a la posibilidad de toparnos con otras foráneas en el ambiente universitario. Y no serán muchachas. Serán, tal vez, la institución completa, "universidades" foráneas en el sentido de que llegan del extranjero, particularmente de Estados Unidos. ¿Es bueno eso? ¿Se trata realmente de una amenaza? El fenómeno obliga a muchas reflexiones.
Observemos de inicio la ola, la cresta, que por lo pronto no parece marejada. Se antoja darles la bienvenida por varias razones, en el entendido de que lo que está ocurriendo, por lo pronto, es que empresas norteamericanas se han acercado a empresas mexicanas que explotan autorizaciones que han recibido de las autoridades mexicanas para operar "universidades", y han comprado la "empresa", en un caso, y están en negociaciones en otros.
No buscan, no les interesa de momento, pactar con universidades del tipo fundación, las que no operan...
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