De hazaña en hazaña

AutorJesús Carvajal

Como jugador de Rayados, Erik Hernández, libró un par de batallas históricas con el equipo de sus amores.

Una de ellas se dio hoy hace 20 años, cuando con nueve hombres y con un gol suyo en tiempo de compensación, vencieron 3-2 al Nacional de Uruguay en el emblemático Estadio Centenario, siendo éste el primer triunfo como visitante para un equipo mexicano en la Copa Libertadores.

Semanas después, el 9 de mayo de 1999, fue uno de los guerreros que libraron el descenso en el Estadio Tecnológico en el empate de 1-1 ante el Puebla, en una época en la que Rayados vivía graves problemas económicos.

Hoy, a sus 42 años, el ex lateral derecho que destacó por su garra y no sólo por teñirse el pelo de rubio junto a otros jugadores en la época de Antonio Mohamed y Sinha, libra la batalla más importante: contra el cáncer testicular que le detectaron hace dos años.

En otras palabras, es un guerrero Rayado "en la vida y en la cancha", como reza el lema del Monterrey.

"Los logros y triunfos y obtenidos en la cancha y en la vida se disfrutan bastante, y ahora que me detectaron este problemita, de cáncer, que fue un problema de cáncer testicular que nos manda Dios... hay un proceso, hay un por qué o para qué", dice Hernández.

Mientras su hijo Íker, de 4 años, patea un balón, Hernández recuerda con lujo de detalle ese gol que anotó en la compensación para aquel triunfo histórico. A la vez habla con fe de cómo va "arriba en el marcador" contra la "gripita", como él le llama a la enfermedad.

"La palabra perfecta (es) como lo dice el Club de Futbol Monterrey: 'En la vida y en la cancha'. En la cancha triunfamos, ganamos, salí triunfante, mantuvimos al equipo en Primera División y ahorita el equipo fíjate tantos logros, tantos...

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