Hablemos de Golf/ Acercándose

AutorRafael Alarcón

Ver competir a Lorena Ochoa entre lo mejor del mundo, ahora en la LPGA, es y será un privilegio.

Desgraciadamente, pocos lo van a poder disfrutar, ya que en México estamos muy lejos de tener una competencia formal para mujeres profesionales, permítame sugerirles: si pueden, hagan maletas, porque vale la pena hacer el viaje.

Lorena nos ha acostumbrado a los que la seguimos, o estamos cerca de ella de alguna forma, a grandes cosas, y ahora, en su segundo torneo dentro de la máxima gira, su juego empezó a acercarla a donde quiere estar.

Si bien en el primer torneo fue víctima de la emoción acumulada por esos años esperando el primer golpe entre las grandes, la semana pasada, y después de algunos ajustes a la mecánica de su swing y el putt, se reencontró en el lugar que le gusta estar.

Los dos primeros días del torneo batalló con esos cambios y que los putts continuaban negándose, sólo pudo tirar 71 y 70 golpes, sin embargo, el tercer día se soltó, la adrenalina empezó a fluir y cayeron los putts para convertir los momentos críticos de las ronda a su favor.

Terminó con 8 birdies sin bogey (para 64) y desde el lugar 34 se fue hasta el octavo, aunque a una buena distancia (7 golpes) de la puntera y mejor del mundo, Annika Sorenstam, quien se encontraba en 18 bajo par.

El campo de Moon Valley, en Phoenix, se prestó para hacer scores bajos por carecer de rough; el clima estuvo perfecto y sin viento.

En la ronda final, las jugadoras salieron con la finalidad de dar alcance a la sueca y la...

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