La guerra que cambió al mundo

AutorMariana Montes

En París, el reloj marcaba las 11 de la mañana del lunes 11 de noviembre de 1918. A esa hora -tras cuatro años, tres meses y dos semanas de intensas batallas que tocaron las vidas de millones de personas- el armisticio que marcó el final de la denominada Gran Guerra entró en vigor.

En la actualidad, ese conflicto bélico, en el que se calcula murieron de 15 a 17 millones de personas, se conoce como la Primera Guerra Mundial.

"Es una lucha que involucró a gran parte de los países europeos", dice Manuel Ordóñez Aguilar, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM.

"La recordamos como Primera Guerra Mundial porque los imperios participantes trajeron soldados de sus Colonias -de África y Asia, por ejemplo- para luchar; además, otros países, como Estados Unidos, entraron a pelear".

Las naciones del Viejo Mundo se dividieron en dos grupos. El primero, el de las Potencias Centrales, se formó a raíz de la Triple Alianza, creada a finales del siglo 19.

Ésta contó entre sus integrantes a Alemania, Austria-Hungría e Italia, aunque la última se unió posteriormente al lado contrario. Más adelante se incorporaron el Imperio Otomano y Bulgaria.

El bando de las Potencias Aliadas incluyó a Reino Unido, Francia y Rusia. Ese lado, que tiene como base la Triple Entente nacida a inicios del siglo 20, es al que Estados Unidos se agregó en 1917.

Hoy, 100 años después, especialistas analizan por qué el mundo ya no sería el mismo.

CAÍDA DE IMPERIOS

La Primera Guerra Mundial supuso el cambio en el orden político, la creación de nuevos países y la desaparición de grandes imperios, señala el doctor en historia Luis Alberto García García.

Para el también profesor de Historia Mundial Moderna en la UDEM, se trata de un tema de fragmentación.

Austria-Hungría, por ejemplo, es el ejemplo de un imperio multiétnico, condición que dificultaba el concepto de una identidad nacional. Perder la guerra también contribuyó al colapso.

"En el caso de los otomanos tenemos a un imperio que no supo mantenerse a la par de los otros poderes, y perdió muchas posesiones".

En la Rusia Imperial, la caída del Zar Nicolás II es el resultado de un imperio atrasado, con grandes desigualdades y un inepto liderazgo, explica el historiador Ordóñez Aguilar. En la Gran Guerra, esa nación demostró una pobre planificación militar y corrupción.

En otras palabras, dice el especialista, la guerra precipitó conflictos ya latentes.

¿Y Alemania? Desechó a su Kaiser, Wilhelm II, para...

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