Guadalupe Loaeza / Cuatro lustros

AutorGuadalupe Loaeza

¿Cómo festejar un aniversario de bodas en medio de una pandemia? ¿Cómo celebrarlo confinados a piedra y lodo? Y, ¿cómo conmemorar cuatro lustros de matrimonio, entre tantas malas noticias: las muertes de más de 86 mil víctimas por Covid-19, las detenciones de generales, jefes de policía y capos en Estados Unidos; las continuas hostilidades hacia la prensa mexicana y extranjera de un Presidente que se niega no nada más a ver la realidad, sino a usar cubrebocas porque él se cree Dios, capaz de "sacar del hoyo al país", "sacar el buey de la barranca" y "sacar los fierros de la lumbre", como diría nuestro ilustre y dicharachero mandatario?

Difícil reto el que tiene Sofía para homenajear esta fecha tan importante, cuyas finanzas no alcanzan para costear un regalo digno; cansada, como está, de tanto lavar trastes e inventar los menús más inimaginables y económicos posibles, pero sobre todo, encanecida, deshidratada y acabada después de tantos días de encierro, se pregunta, ¿cómo diablos le hará para agasajar a su maridonovioamante desde hace 20 años?

¿Preparar para la cena un banquete de ostiones de Bretaña, ordenar comida china, hacer un pedido de platillos italianos, cocinar un delicioso pollo con morillas, pedirle a su amigo poblano que le mande de Puebla los mejores chiles en nogada, comprar comida hindú, o adquirir dos latas pequeñitas, aunque sea, de "paté de foie gras"? Ideas no le faltaban. Lo que le faltaba eran los "recursos" como se dice ahora al "dinero".

¿Y si le tejo un cubrebocas con la lana de alpaca, después de haber deshecho el suéter que compré en Argentina, y si mando a la tintorería el saco que le regalé para nuestro primer aniversario y se lo envuelvo como si lo acabara de comprar, y si le regalo "Don Quijote de la Mancha" que leyó hace muchos años, y si le grabo en mi celular una de las canciones de Pablo Milanés, y si le escribo una carta de amor interminable para que nunca la termine de leer, y si le compro medio kilo de "tortugas" que tanto le gustan, y si le llevo serenata con el señor del cilindro que viene todas las mañanas y se pone frente a nuestro edificio, y si le compro la película "Casablanca" para verla en la computadora, y si le regalo un paquete de jabones para que se lave las manos cada 10 minutos, y si voy al Monte de Piedad y empeño mi anillo de compromiso, y si le pongo en una cajita la mínima sana distancia entre él y yo, y si finalmente a él se le...

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