Como grandes jornaleros

AutorRené Gardner

EL NORTE /Enviado

San Quintín, Baja California presencia de menores de edad en los campos agrícolas de San Quintín dejó de ser una cuestión preocupante para las autoridades ante la postura asumida por la mayoría de los residentes de esa zona, que condiciona su trabajo a la contratación de sus hijos.

Tanto las autoridades como los mismos padres de familia, ven en el trabajo infantil la posibilidad de mejorar las condiciones económicas de la comunidad, mientras los propietarios de los cerca de 40 ranchos en el Valle de San Quintín se lavan las manos por el problema.

Con base en cifras de 1999 del Programa Nacional de Jornaleros Agrícolas, 3 mil menores trabajaban diariamente en los campos agrícolas, participando en la pizca de tomate, pepino o calabacitas, principalmente, aunque las autoridades han llegado a amonestar a algunas empresas que los utilizan en tareas de fumigación.

Sin embargo, la crisis por la que pasa el valle ha provocado una disminución en las contrataciones de mano de obra en general y por consiguiente en el trabajo infantil.

Ante esto, la migración de hombres adultos e hijos adolescentes hacia Estados Unidos aumentó en gran número.

Los folletos repartidos por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, donde advierten que los menores no podrán trabajar más de seis horas diarias, con una hora para descanso y con domingos y días festivos libres, se han convertido en letra muerta ante los acuerdos logrados entre trabajadores y patrones.

Para los patrones y padres de familia, un niño puede ser considerado mano de obra desde el momento en que es capaz de cargar una cubeta con algún producto o si llena una caja, ya sea de calabacitas o chiles, en un lapso similar a cualquier adulto.

Camilo Bautista, líder indígena Triqui, consideró que el trabajo infantil es algo natural en algunas comunidades del sur, por lo que no debería ser extraño que aquí se repita. Las condiciones económicas de los jornaleros los obligan a tomar medidas para tener más ingresos, en este caso poniendo a trabajar a sus hijos.

"Aquí son los trabajadores los que piden que sus muchachos trabajen en los campos y hasta muchas veces los ponen como condición porque si no, la familia decide no trabajar. Y no se trata de que los papás no trabajen, sino que es la familia completa, con primos y tíos y hermanos".

No creo que esté mal eso, porque de cualquier forma se necesita dinero, además de que no son los más niños sino los...

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