La gran cosecha tricolor

AutorAdrián Basilio

México ha conseguido al menos una medalla en cada participación que ha tenido en Juegos Olímpicos.

Desde que debutó en la máxima justa deportiva, en París 1900, hasta la más reciente edición, Río 2016, el País tiene una cosecha de 68 medallas, de las cuales 13 son de oro.

El 23 por ciento de esa ganancia de metales amarillos, es decir 3, se obtuvieron siendo anfitrión de los Juegos en 1968. En esa edición el deporte mexicano ha tenido su mejor actuación olímpica hasta ahora al agenciarse en total nueve preseas, tres de cada color, obtenidas en boxeo, natación, caminata, clavados y esgrima.

Si bien se esperaban más podios, debido a la preparación que tuvieron los deportistas tricolores, a quienes se les trajeron entrenadores extranjeros para prepararse en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), complejo que abrió sus puertas en 1964 y fue prácticamente construido para ellos, la ganancia de medallas satisfizo a las autoridades porque se consiguieron en deportes en los que no se había figurado hasta entonces, como la natación o la esgrima.

La delegación mexicana estuvo integrada por 328 deportistas, de los cuales 279 eran hombres y 49 mujeres, y de ellos sólo nueve obtuvieron medalla, siendo el nadador Felipe Muñoz y los boxeadores Ricardo Delgado y Antonio Roldán los que llegaron a lo más alto del podio olímpico.

Fue el sargento José Pedraza quien consiguió la primera presea para el País en los Juegos del 68 al agenciarse la plata en los 20 kilómetros de marcha, el 14 de octubre de ese año, apenas dos días después de la inauguración de los Juegos.

El entrenador de origen polaco Jerzy Hausleber, quien llegó a territorio nacional en 1966 gracias al convenio entre el Comité Olímpico Mexicano (COM) y las autoridades deportivas polacas, supo sacar lo mejor de Pedraza para volverlo medallista olímpico.

El técnico europeo exprimió al máximo el denominado biotipo del deportista mexicano, es decir, su complexión física, habilidades y resistencia para ciertas actividades, además de aprovechar la altura de la Ciudad de México, así como la disciplina que tenían muchos de los entonces seleccionados nacionales al formar parte de las fuerzas armadas, como Pedraza.

El primer oro para la causa tricolor cayó el 22 de octubre, gracias a las brazadas de Felipe Muñoz, joven de entonces 17...

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