GLOSAS MARGINALES / Inquietudes cambiarias

AutorEverardo Elizondo

Los tiempos económicos que corren son difíciles. (Parafraseando a Borges, casi todos son así). Por ello, no sorprende que las interpretaciones al respecto sean a menudo conflictivas y que adopten incluso tonos emocionales. Veamos un par de ejemplos ilustrativos.

Hace un par de semanas, una prestigiada economista estadounidense, Christina D. Romer, quien ocupó hasta septiembre del año pasado la presidencia del Consejo de Asesores Económicos del Presidente Barack Obama, publicó un breve artículo criticando las opiniones "oficiales" sobre el tipo de cambio del dólar. En resumen, la nota señala que el Departamento del Tesoro ha enfatizado repetidamente que está en favor de "un dólar fuerte", mientras que la política monetaria del Fed, anormalmente laxa, constituye un incuestionable factor debilitante de la moneda. Por otra parte, algunos miembros del Congreso demandan de China una revaluación del yuan (es decir, una devaluación del dólar), al mismo tiempo que apoyan la posición del Tesoro. La señora Romer concluye, sin sorpresa, que es mejor dejar el asunto cambiario al mercado.

Claro, uno puede argumentar que los actores aludidos no tienen por qué presentar un juicio uniforme. Después de todo, son (casi) formalmente independientes entre ellos. Sin embargo, el problema consiste en que el Tesoro ha apoyado con entusiasmo la expansión monetaria del Fed -algunos dirían que incluso la ha forzado-, de manera que, al menos en su caso, es evidente que exhibe una actitud contradictoria: dice querer "un dólar fuerte", pero está de acuerdo con una medida monetaria que de hecho lo deteriora.

En lo que toca al Congreso, no es muy provechoso ocuparse de sus incongruencias. Para el político profesional, los temas monetarios son particularmente complejos, y es más sencillo guiarse al respecto por las conveniencias del momento que por un razonamiento económico riguroso.

En México, el tipo de cambio del peso frente al dólar era casi 12.40 pesos al principio de este año, pero tendió en general a descender durante los primeros cinco meses, llegando a 11.50 pesos allá por los primeros días de mayo. De entonces hasta el pasado fin de semana ha repuntado unos 40 centavos.

El primer movimiento dio lugar a una serie de comentarios sobre la alegada existencia de un "súper peso", y a la preocupación comprensible de muchos exportadores sobre su efecto en la rentabilidad de las empresas. Las autoridades financieras...

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