GLOSAS MARGINALES / Estabilidad de la Banca

AutorEverardo Elizondo

Hace diez años estalló en Estados Unidos una crisis financiera que desembocó en la Gran Recesión Mundial de 2008-2009. Debido a una serie de factores favorables, el evento no tuvo paralelo en el sistema financiero de México --aunque la actividad económica sufrió un desplome muy grave--. Las autoridades mexicanas se prepararon para enfrentar una eventual inestabilidad bancaria, pero no hubo necesidad de aplicar las medidas preventivas. De entonces al presente, el sistema financiero mexicano ha crecido en forma significativa, y lo ha hecho en condiciones sanas.

Al final del mes pasado, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero publicó su Informe Anual. Se trata de un documento bien estructurado y debidamente argumentado. A mi entender, constituye material de referencia valioso para conocer el estado del aparato financiero nacional. El Informe referido se ocupa mayormente de la situación de la banca comercial, un segmento que representa casi la mitad de los activos del sistema. Lo que sigue intenta ser un resumen.

Dado que se trata de examinar la solidez de la banca, el Informe se inicia con una consideración detallada de los riesgos que se detectan en el entorno. Como era de esperarse, se destacan cuatro de ellos: i) la incertidumbre sobre el cambio en las reglas del juego del comercio internacional; ii) las consecuencias de la reciente reforma impositiva en Estados Unidos; iii) la posibilidad de una aceleración del camino hacia la normalización de la política monetaria del Fed; y, iv) la(s) incógnita(s) que plantea el proceso electoral en México.

Cada uno de los elementos citados podría afectar al sistema bancario a través de distintos canales, pero su común denominador es obvio: ¿qué implican para los flujos de capital? Por ejemplo, está claro que, si el Fed elevara más rápido que lo previsto su tasa de interés de referencia, es probable que disminuyera la entrada de recursos financieros a México, lo que podría debilitar al peso, presionar la inflación al alza y empujar hacia arriba las tasas de interés internas. A su vez, el incremento consecuente del costo del crédito tendería a influir negativamente sobre la actividad económica, el empleo y la capacidad de los deudores para cumplir con sus obligaciones con la banca. Y así por el estilo con los otros peligros listados.

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