Germán Dehesa/ ¡Hermana Engracia!...

AutorGermán Dehesa

...que se tira la leche. Esto ocurría en la publicidad de los años 50 y 60. Pasaremos diez segundos con la niña Barbarita que, según Humberto G. Tamayo, estaba feliz y sanita porque tomaba su lechita. Llegaron después las guayaberas y las bardas proclamaron: "Si la leche es poca, al niño le toca". Como verán, ha corrido mucha leche bajo el puente. Ahora este asunto eminentemente nutricional ha regresado a la atención pública y de inmediato se ha convertido en botín político.

Liconsa, S.A. de C.V., empresa que depende directamente de Sedesol, ha incrementado en un 16 por ciento el precio del litro de leche que, todavía con un importante subsidio, se distribuye entre los "niños mexicanos menores de 12 años de familias de escasos recursos". Según sé, Liconsa es una empresa única en el mundo, tanto por sus objetivos, como por la amplitud de su cobertura. Si me apuran un poco, yo diría que su tarea es de seguridad nacional. Si el futuro está en la educación y si no puede haber buena educación sin una nutrición elemental, es claro que Liconsa tiene una de las llaves principales de la esperanza mexicana.

Hace algunos años, con motivo del triste asunto de la repugnante leche Betty distribuida en la Capital por el PRD, visité el laboratorio de la Profeco. Bajo la guía del "Galletas" Campa Cifrián, vi paso a paso las pruebas a las que eran sometidas todas las leches que consumen los mexicanos. En los resultados finales, la leche de Liconsa resultaba de calidad igual o superior a la de muchas leches comerciales y ampliamente publicitadas. Salvo prueba en contrario, los chicos de Liconsa están haciendo bien su trabajo.

En esas condiciones ideales que todos quisiéramos para el País, no tendrían por qué existir los subsidios. Sin embargo, sucede que México está muy lejos todavía de esas condiciones y necesita hacer una magnífica y cuantiosa inversión en sus niños. Creo que hasta aquí, todos estamos de acuerdo. Me disuena un poco la voz de Andrés Manuel que, sin mucho pensarlo, se avienta a la cazuela y anuncia que el subsidio va por su cuenta (90 millones por el periodo Junio-Diciembre y 150 millones al año) e invita a las autoridades del resto del país a que hagan lo mismo. Un vocero de AMLO añade que esta bicoca no repercutirá en la obra pública presupuestada, porque el dinero ya se obtuvo de los recortes en salario y en gastos suntuarios (celulares, viajes, choferes, automóviles, etc.) que la administración de AMLO realizó con todos los funcionarios...

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