Germán Dehesa/ Un largo viaje

AutorGermán Dehesa

Habrá durado unas catorce horas. Temprano salí de México, fui a Oaxaca, resistí con aceptable prestancia las feroces dentelladas del sol jaguar, visité las magníficas obras de restauración del Convento de Santo Domingo (aikir), platiqué en el auditorio "Alvaro Carrillo" con maestros, alumnos y amigos de la Universidad Mesoamericana y entre todos hallamos la grafía y la entonación correctas para pronunciar en tono bajo, firme e inaugural la palabra México. Oaxaca es un antidepresivo que produce adicción. No conozco el mundo entero; pero en el entero mundo que yo conozco, no he estado jamás en una ciudad en la que quepan tantos colores, tantas formas, tantos olores y sabores, tantos y tan libres modos de ser como en Oaxaca. Sospecho que su ubicación no es geográfica, ni histórica; es mítica. Llegar a Oaxaca no es asunto ni de tiempo, ni de aviones; supongo que requiere de una disposición espiritual y de una voluntad de riesgo personal. En Oaxaca nada es como nuestro (pre)juicio dicta, sino como nuestra imaginación desea. Oaxaca es una zona abierta, generosa y hospitalaria.

Terminada la charla, tuve tiempo y modo de platicar con la gente. El tema obligatorio fue previsible: ¿quién va a ganar? Mi respuesta también fue previsible: si participamos todos y si el IFE, que debe gozar de toda nuestra confianza, no denuncia ninguna anomalía, gane quien gane, ganaremos nosotros. ¿No hay por aquí un maestro?, pregunté yo a sabiendas de que todos se habían ido al DF; yo, me contestó una mujer fornida, morena, sonriente y austera al mismo tiempo (podría ser directa descendiente de Benito Juárez); me llamo Hortensia Domínguez y soy la directora del Centro de Integración Social (internado para niños indígenas) No. 8 que recibe a niños y a jóvenes mixes, chinantecos y zapotecos (algunos tienen que caminar tres días para llegar); el Centro lo inauguró don Lázaro Cárdenas en 1967 y ahí atendemos a 229 muchachos. No ha sido fácil sobrevivir, pero nos ayudamos con un taller de panadería y con la fabricación de tortillas. Lo más bonito es nuestra banda que toca toda la música de nosotros (desde sones de Betaza hasta "Dios nunca muere"); la dirige aquí don Ismael Méndez y sus alumnos mejor preparados se van a los pueblos y ayudan a formar otras bandas; nuestro Centro está en San Bartolomé Zoogocho, aquí cerquita, como a tres horas y necesitamos mucha ayuda, no porque nos estemos muriendo de hambre, sino porque queremos crecer, hacer más cosas y mantener vivo lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR