Gerardo Puertas Gómez / Océano de crisis

AutorGerardo Puertas Gómez

Los títulos y los índices al sótano. En esa expresión podríamos condensar lo ocurrido en las recientes jornadas en la economía estadounidense.

Los créditos hipotecarios, afirman los que saben, están en el origen del problema financiero.

¿Quién con dos dedos de frente puede imaginar que allí se encuentra la causa de la debacle?

El dólar al cielo y la bolsa al suelo. En esa frase podríamos resumir lo acontecido en los últimos días en los mercados monetario y bursátil mexicanos.

La economía del País, sostienen los funcionarios federales, conserva su fortaleza y está fuera de peligro.

¿Quién en su sano juicio puede creer que nuestra nación se mantendrá ajena a las vicisitudes del vecino?

Por demás está decir que no soy un experto en temas financieros. Mis conocimientos en el rubro son elementales.

Innecesario es subrayar que no soy un especialista en el tema de las inversiones. Mis experiencias en el área son nulas.

No estoy, por tanto, calificado para analizar lo que estamos presenciando en la Unión Americana y en la República Mexicana con respecto a la bolsa y a la banca.

Pero ello, paradójicamente, no sólo no me impide, sino que quizás me ayude a ver dichos episodios desde otra óptica.

La crisis norteamericana podrá haber sido generada de modo inmediato por la profusión de deudas incobrables. Pero su raíz se encuentra en otra parte.

Lo que ocurre es una consecuencia directa de dos factores: el anhelo de posesión y el deseo de lucro.

Uno y otro alimentan la enfermedad que padecen quienes piden prestado y quienes prestan.

La zozobra mexicana podrá haber sido provocada de manera cercana por los movimientos erráticos de los indicadores. Pero su motor se halla en otro lado.

Lo que sucede es un efecto derivado de dos elementos: el anhelo de utilidad y el deseo de riqueza.

Uno y otro mueven la patología que sufren quienes buscan ganancia desmedida y dinero repentino.

¿Por qué podemos identificar, en Estados Unidos y en México, semejantes sintomatologías?

Lo que ahora se experimenta en ambas orillas del Río Bravo brota, en el último análisis, de...

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